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A ritmo de Fetén…

Diego Galaz tocando el violín serrucho y Jorge Arribas al acordeón.

Diego Galaz tocando el violín serrucho y Jorge Arribas al acordeón.

La cosa no podía acabar de otra manera, Fetén Fetén. El concierto del dúo que forman Jorge Arribas y Diego Galaz, que cerraba el ciclo de conciertos A Todo Ritmo, fue un nuevo éxito de público y los Fetén pusieron un sensacional broche final a esta segundad edición, con un concierto en el que desplegaron todo su buen hacer para dejarnos con ganas de mas. De mas música, por favor.

Y todo ello en un concierto que de principio a fin fue un viaje por las músicas del mundo. Por ese largo recorrido que los dos han realizado como componentes de La Musgaña por todo el mundo y que les ha servido para empaparse de ritmos y sonidos de todos los lugares que han visitado. En especial de los sonidos de la Europa del Este, sobre todo de los Balcanes, mezclados con la música de raíz.

Así, igual sonaba una melodía francesa, y a continuación una jota a ritmo de mazurka y vals. Y después unas seguidillas a ritmo de foxtrot, y mucho swing, porque su música tiene ante todo mucho de las melodías populares de todos los tiempos, que los dos, magníficos al violín, y al acordeón, saben hacer llegar al público como pocos saben hacerlo.

Lo mas soprendente del concierto, la jota del wasabi, interpretada con un silla de camping a modo de flauta.

Lo mas soprendente del concierto, la jota del wasabi, interpretada con un silla de camping a modo de flauta.

Y además con toda clase de instrumentos… el violín, la mandolina, el acordeón, pero también con otros mas sorprendentes, el violín serrucho, el trompeta…O lo mas sorprendente el de una silla de camping, reconvertida en flauta, que cautivaron al público. Y esa es precisamente la virtud de los Fetén, la capacidad de sorprender y llegar a los públicos…

De  tal forma que, después de casi dos horas de concierto, el viaje de estos dos músicos burgaleses terminaba con la interpretación de una jota que han hecho popular, la jota del wasabi, de inspiración oriental,  una pieza con sabor a pasodoble, y un final con ritmos y aires brasileños…Y que decir tiene que el público llegó a bailar la jota sentado en las butacas. Así de cierto. Realmente sorprendente.

Imágenes: Mª Carmen Espeso y Jesús Eloy García Polo

Autor: Redacción Cuéllar

Muévelo

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