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Despedida triste del carnaval

Después de la quema de la sardina, hay que comer las tradicionales sardinas.

Después de la quema de la sardina, hay que comer las tradicionales sardinas.

El entierro de la sardina cambió este año de escenario, y quizás por esta circunstancia hubo menos público del habitual en la despedida del carnaval de Cuéllar en los paseos de San Francisco, para llevar a cabo la quema de la sardina, que como viene siendo tradicional organiza el centro de las personas mayores de la localidad.

Eso si hubo algunas personas que se animaron y vistieron de luto riguroso, con tristeza porque se acabó el carnaval, y como manda la tradición a continuación llevar a cano la quema de la sardina, acompañados de los sones de la dulzaina y el tamboril, que la dulzaina no falta a la hora de cumplir con las tradiciones.

Mujer de luto riguroso por el carnaval.

Mujer de luto riguroso por el carnaval.

Y mientras una gran sardina se quemaba en la lumbre, el personal se entregó a la degustación de sardinas posterior, que tuvo lugar a las puertas de la antigua iglesia de San Francisco, para de esta forma decir adíos al Carnaval y dar comienzo al tiempo de Cuaresma, que es tiempo de mudanza,  que corrió a cargo de los dulzaineros Los Guti.

Los dulzaineros Los Guti pusieron música en el entierro de la Sardina.

Los dulzaineros Los Guti pusieron música en el entierro de la Sardina.

 

Autor: Redacción Cuéllar

Muévelo

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