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El Fandi bordó el toreo ante un gran toro de Quintanar

El Fandi toreando al natural

No hay quinto malo. Se trata de una frase hecha, que se volvió a hacer realidad en Segovia, en una corrida que tuvo dos partes. Una primera parte que caminó por malos derroteros por la flojedad de los dos primeros toros del marqués de Quintanar, que se derrumbaban sobre la arena. Pero la cosa empezó a cambiar en el tercero, que metió la cara en los vuelos del capote de David Mora, y se entregó en la muleta, y ese quinto toro fue lisa y llanamente extraordinario y valió por toda la corrida.

Un toro bien rematado, bajito, y con una fijeza extraordinaria en la muleta, que le permitió al Fandi, sentirse tan a gusto que no se quería marchar de la cara de un toro, que acudía incansable a los cites de la muleta del de Granada. El toro era una pintura, empujó metiendo la cara en el caballo, galopó en banderillas y todo hay que decirlo el Fandi, que no es un torero exquisito en las formas, en algunos momentos llegó a bordar el toreo. No lo digo solo yo. Lo decía a mi lado el mismísimo Julio Aparicio, al que algunos estamos deseando ver volver a torear.

Pero esa es otra historia. Volviendo a la corrida, El Fandi a buen seguro que recordará durante la temporada este toro de Quintanar, porque metió la cara en la muleta con una extraordinaria fijeza y repitiendo incansable. Fue un toro de vuelta al ruedo, al que incomprensiblemente no se le premió en el arrastre. Y además, de disfrutar de ese toro, vimos a un David Mora pletórico. Felizmente ha vuelto Mora, y toreando de forma muy exquisita al tercero de la tarde, que también embistió con nobleza en la muleta, y al que cortó una oreja de ley. Pero si me dan a elegir..me quedo con el quinto…

Paquirri en un desplante de rodillas.

Paquirri en un desplante de rodillas.

Y lo demás, que quieren que les diga. Rivera conserva el apellido Ordoñez, pero un aficionado sentado a mi lado llegó a exclamar: » Si su abuelo levantara la cabeza..». Pero el abuelo solo permanece en la retina de los viejos aficionados. La afición actual, como la de ayer en Segovia, quiere verlo desde el paseillo. El diestro lo sabe y se deja querer, y sonríe a los gritos de !guapo», de sus admiradoras, aunque otros nos acordemos de la belleza de su madre Carmina. !Dios mío que belleza de mujer!. Y volviendo al festejo, Mora está, lo demostró en Madrid, otra vez en torero, y lo demostró en el último con temple, mando y gusto, que le sirvió para salir con el Fandi por la puerta grande. Rivera solo pudo cortar una, pero en su rostro la sonrisa es casi permanente.

Desplante de David Mora.

 

Autor: Ignacio Montalvillo

Muévelo

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