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La magia del ábside: Javier Llorente

Javier Llorente en una de las interpretaciones del concierto.

Javier Llorente en una de las interpretaciones del concierto.

La guitarra de Javier Llorente llegó al Ábside de Santiago y con el caer de la noche fueron desparramándose suavemente las notas por los muchos recovecos de este rincón musical. Javier está iniciándose como concertista de guitarra clásica al tiempo que concluye sus estudios superiores de música. Tocó un programa variado, buscando agradar al público, al mismo tiempo que regalarnos con alguna pieza de puro corte clásico como la Sonata Nº 2 para violín de J. S. Bach, en medio de un silencio en que se podía oír hasta la mosca que molestaba al artista. Había comenzado con Granaina de Gerardo Núñez, de corte flamenco y luego continuó con Nocturne-reverie de G. Regondi.

El Concierto es uno de los tres que ha programado la nueva Asociación Cultural Los Ministriles, nacida con el objetivo de acercar a Cuéllar músicas de aires diferentes para enriquecer la vida cultural de estos resecos páramos castellanos.

Llorente a la guitarra.

Llorente a la guitarra.

Cuando sonaba la música de Tárrega (Recuerdos de La Alhambra) y de Turina (Fantasía sevillana) el público ya estaba envuelto en la magia del Ábside. Contemplando todo el espacio, desde la parte más posterior, me pasaba por un momento la película de la larga historia de este “ruinoso” ábside, hasta terminar siendo hoy un rincón para la cultura y la música. Ha sobrevivido a los bárbaros de todo tipo, desde que se construyó como fruto de la mezcla de culturas. Sobrevivió a quienes derribaron iglesias viejas para construir otras más modernas. Sobrevivió a los liberales más bárbaros que provocaron la venta y el expolio de la Desamortización en el siglo XIX. Perdió paredes y bóvedas a manos de otros bárbaros que llenaron esta iglesia de habitaciones y ventanas. Al final se recuperó el ábside cuando pasó al Ayuntamiento en los años 80.

Siguieron los bárbaros de hoy llenando sus paredes de pintadas, humos y desprecios varios. La pervivencia de este ábside de Santiago es la lucha constante de la cultura contra la barbarie, contra todo tipo de barbarie. Hoy nos llevamos las manos a la cabeza por los destrozos en Palmira, por ejemplo, pero esa es la misma lucha de estas paredes por mantener la cultura, la música o el teatro, en medio de los barbaros de cada siglo. El Ábside de Santiago, como las paredes de San Francisco o de La Trinidad son las columnas de nuestra ciudad de Palmira que sobreviven como pueden a los bárbaros de cada tiempo.

El ábside de Santiago.

El ábside de Santiago.

En eso reside la magia de este espacio, en que muestra las heridas de cada siglo y aún así sigue transmitiendo emoción, sobre todo cuando cae la noche y suena la música de una guitarra, como ayer la de Javier Llorente. También necesita sus cuidados porque tiene los achaques propios de alguien de 800 años. La pared lateral derecha necesita una mano de pintura que la uniforme un poco. Y lo que queda de la nave lateral izquierda necesita consolidación porque empieza a estar peligroso, por las piedras que se desprenden. La cultura debe seguir venciendo a la barbarie.

Autor: Jesús Eloy García Polo

Muévelo

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