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¿La nueva realidad?

Introducción a la nueva realidad.

Todos andamos curioseando día a día qué será esto de la “Nueva Normalidad”¿Será la vida como la conocíamos antes?¿Cambiarán solo las formas y los cuidados higiénicos ?¿Cambiarán algunos usos y costumbres?¿Cómo nos pasarán la factura de todo esto? ¿Nos tomarán el pelo y nos darán otra vuelta de tuerca, como ya hicieron tras la crisis de 2008?

“No queremos volver a la normalidad porque la normalidad era el problema”. Es una frase, entre muchas, que ha circulado este tiempo y que resume perfectamente toda una filosofía de futuro: no se puede volver a la vieja política, la vieja economía y al viejo mito del crecimiento constante.

Esta Pandemia no ha sido más que la Obertura de toda una serie de actuaciones sinfónicas que nos irá trayendo el cambio climático. Habrá más pandemias, más sequías, incendios colosales, catástrofes ecológicas…El Diablo tendrá mucho trabajo.

Nuestra realidad es la del Primer Mundo, la de los privilegiados, los que vivimos a costa del resto de los habitantes del planeta, que, por salarios de miseria extraen nuestro oro, coltán o petróleo, cosen nuestras ropas, hacen nuestras zapatillas y balones, cultivan nuestro cacao, café o cocaína, recogen nuestras fresas… Todos nos beneficiamos de ellos, aunque las desigualdades sean inmensas también en nuestro Primer Mundo.

No podemos seguir incrementando las desigualdades económicas que producen cada vez mayor inestabilidad social en nuestras sociedades. Hasta ahora solo ha habido respuestas policiales y violentas para acallar las protestas de chalecos amarillos en Francia, de los antirracistas en Estados Unidos y Europa, de los desfavorecidos en Chile, los pensionistas en España… ¿Solo habrá soluciones policiales para las migraciones que están en marcha? Esa era la Vieja Realidad.

El número de milmillonarios creció mucho más durante la crisis pasada y sus fortunas han seguido creciendo con la Pandemia. Por ejemplo, 20.000 millones la de Jeff Bezzos. Han sido los grandes favorecidos. Ellos controlan la situación, controlando a nuestros políticos. Parece que nosotros solo podemos elegir el color de la soga. ¿Para qué sirven los programas políticos? La distribución de la riqueza no es cuestión de caridad o solidaridad sino de justicia distributiva. La mayor parte de sus inmensas ganancias termina en paraísos fiscales, sin crear ningún tipo de riqueza. Luego se envuelven en las respectivas banderas y nos adormecen con discursos sobre patriotismo. Pagar los impuestos según los ingresos de cada cual es el mayor acto patriótico que puede darse. Para lavar su conciencia y su imagen crean Fundaciones destinadas a sus donaciones en causas justas…Antes se llamaba caridad, ahora lo llaman filantropía. Ya sabemos que donde crece la caridad es porque desaparece la justicia. Lo vemos día tras día desde 2008.

No podemos seguir incrementando las desigualdades, los abusos y las locuras de nuestro Primer Mundo. Nos hemos encerrado en una burbuja informativa donde no queremos que nos hablen de Campos de refugiados, de inmigrantes ahogados o muertos de frío, de masacres de pobres, de guerras interminables…No podemos continuar dándole al botón de “caridad con los negritos”, que ahora llamamos ONGs.

No podemos seguir en nuestro mundo de lujo. No podemos hacer despedidas de soltero en Amsterdan con vuelos de 40 euros. El planeta no lo aguanta. No podemos recibir en dos días de forma gratuita un paquete que viene con Amazon desde Alemania. No podemos usar cada vez más coches y más potentes. No podemos volver a llenar Venecia, Mallorca o Las Ramblas con un turismo masivo de selfie y pizza. No podemos comer cerezas de Chile en diciembre. No podemos seguir teniendo los armarios llenos de ropa sin usar. No podemos envolver todo en plástico hasta que rebosen los océanos. No podemos crecer eternamente… Alguien tendrá que explicarlo y escribirlo en su programa. No lo votaremos, pero no nos llamaremos a engaño. Manuela Carmena consiguió reducir el tráfico, la contaminación, la corrupción y el déficit…pero perdió las Elecciones. Todo un aviso.

La factura de la anterior crisis se la hemos pasado a nuestros hijos. Nos “hemos gastado” su dinero y son la primera generación que desde hace tiempo vive peor que sus padres. Tienen empleos precarios, sueldos de risa, peor sanidad y una educación más cara. Ahora no podemos pasar a nuestros nietos la factura que nos llegará de esta Pandemia. Sin embargo así lo están planteando, sin ningún escrúpulo, los neoliberales de la Unión Europea. Lo llaman créditos fáciles a largo plazo. Nadie habla de buscar la financiación donde la hay, en las grandes multinacionales tecnológicas que se han forrado durante la crisis, en los paraísos fiscales, en el fraude fiscal de nuestras grandes empresas cotizadas. Pero, tras inútiles discusiones y excusas, corremos el peligro de que se utilice la solución de siempre, la más fácil, la que tomó Rajoy en 2012: recortar en lo social, subir los impuestos indirectos y…sobre todo, volver a subir el IVA. Es dinero contante al lunes siguiente.

Nos cuesta mucho pensar de manera global. La Pandemia nos ha dado una lección, por si queremos ir aprendiendo. No ha reconocido fronteras, ni banderas, ni diferencias políticas. Las soluciones deben de ser igualmente globales. Hemos evolucionado mucho tecnológicamente pero nuestra mente es la misma que en la Edad de Piedra. Una mente tribal, que se arma emocionalmente, y defiende lo propio y lo de la tribu por encima de todo. Funcionamos para defender al grupo y para ello seguimos provocando, utilizando y manipulando el odio frente al otro, al inmigrante, al musulmán, al diferente que no es de los nuestros.

Ahora todos nuestros datos e informaciones son globales, para analizar hechos, causas y consecuencias. Pero rebrotan los nacionalismos malsanos, de mirada corta. Lejos del hombre “cosmopolités”, ciudadano del mundo, que decía Diógenes, volvemos a buscar las soluciones tribales de siempre para problemas que ahora se han transformado en globales y planetarios

Autor: Jesús Eloy García Polo

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6 Comentarios

  1. Ya sabemos que donde crece la caridad es porque desaparece la justicia.

    Qué horrible este concepto. Antagonizar lo uno contra lo otro, eso es lo grave, la mentalidad de esas dicotomías.

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    • Muy interesante, como siempre. Gracias por tus reflexiones.

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    • No lo entiendo como una dicotomía. La ausencia de justicia social conlleva la caridad, que viene a ser la manera de los más ricos o poderosos de lavar o apaciguar la conciencia. El concepto nos lo explicó muy bien Galdós en Misericordia.

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    • Claro, si, en un mundo ideal, la justicia fuera perfecta y completa, no haría falta la caridad.

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  2. Sr:Eloy
    Tras empezar a leer su artículo,he tenido que volver sobre las lineas porque pensé que me había equivocado y que estaba leyendo el «Manifiesto Comunista».Siempre contra la propiedad privada,siempre pensando que los más tienen es porque han robado,siempre contra el Capitalismo cuando con todas sus desigualdades y defectos es donde más oportunidades hay,y repito,con todas sus desigualdades y defectos.No hay más que ver el nivel de vida de China,Venezuela,Corea del Norte o Cuba.Pero duerma usted tranquilo que con el gobierno Social-Comunista que estamos empezando a disfrutar,sus deseos serán realidad en poco tiempo.

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  3. Totalmente de acuerdo pero no podemos predicar contención en el consumo de recursos mientras nos pegamos viajes a la otra punta del mundo ni igualdad mientras formamos parte del grupo de los privilegiados por el sistema.

    Al final todo suena a excusa para reclamar mas control del estado del que se benefician los que viven del el.

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