web analytics

Malandra en buena compañía… en las noches de Tenerías

Fue una noche para recordar por mucho tiempo, un encuentro fructífero de gentes y músicas diferentes que coinciden en un pentagrama y consiguen fundir lo mejor de cada uno en unas canciones que todos disfrutamos sin límite en Las Tenerías.

Abrió la noche el dúo Malandra con tonos suaves de síncopas brasileras y fueron pasando por tangos argentinos, fados portugueses y otras delicadezas. La voz de Su puede adaptarse a los temas más inverosímiles siempre interpretándolos con personalidad y acento propios. Puede pasar de un aria clásica de Dido y Eneas a los lamentos del blues de Amy Winehouse o “Pasa la vida” de Kiko Veneno, sin despeinarse y sin mover más que sus manos, tan expresivas siempre.

Sue Pombo y Miguel Fraile sobre el escenario de Tenerías.

Sue Pombo y Miguel Fraile sobre el escenario de Tenerías.

Luego subieron al escenario el guitarrista granadino Diego Molina “El Garrapato” y el cantaor Alberto Maezo al cajón flamenco. Hicieron soleás y otras cositas flamencas que encandilaron al público y agrandaron la magia de la noche. Poco a poco se fueron sumando Su y Miguel Fraile a la música del sur en una fusión creadora y maravillosa de todos los cantes posibles. Una pareja llegada de Vigo y otra venida de Granada se encontraban en medio de la meseta castellana. La música todo lo une y todo lo hace posible. Daba la impresión que podían arrancarse con cualquier tema por la facilidad para entenderse y complementarse. Interpretaron temas sudamericanos, gallegos y sobre todo…flamencos. Se atrevieron con cosas increíbles como “La leyenda del tiempo” de Camarón con un toque vivo y personal, rasgado por la voz rota y aguardentosa del cantaor Alberto Maezo. Hicieron cantar al público, cosa harto difícil en Cuéllar, y consiguieron que todo el mundo disfrutara desde una popular melodía gallega al explosivo “Volando voy” de Camarón.

Fue un concierto para no olvidar.

Fue un concierto para no olvidar.

Fue una noche para no olvidar. Hay que agradecer a los músicos que se pasen casi media vida, cientos de horas en la soledad de su habitación, ejercitando, ensayando y tocando para que luego nos ofrezcan estos instantes maravillosos. Hoy cada uno seguirá por su camino, hacia el norte y hacia el sur. Nosotros recordaremos por mucho tiempo este “encuentro creador”. El dúo Malandra tiene mucha vida por delante. La voz tan flexible de Su le permite enfocarse hacia músicas que solo los privilegiados pueden desafiar y la guitarra de Miguel adapta su sonoridad a todos los ambientes. En cada pieza sonaba distinta y siempre parecía fácil. Ese es el misterio. Yo diría que parece que el mundo del jazz les está esperando. Gracias por la música y hasta el próximo concierto.

Autor: Jesús Eloy García Polo

Muévelo

Comenta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.