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Nueva Zelanda (4): En furgoneta por la costa Oeste

Los Pancakes, formaciones rocosas en el mar.

Ya hemos llegado a la costa oeste que ofrece un recorrido escénico entre acantilados, farallones aislados, formaciones rocosas extrañas, playas desiertas y bosques de un verde cerrado que llegan hasta el mar. Es la carretera más turística de la isla y por aquí vamos conduciendo en esta forma de viaje furgonetero que se ha convertido en el más popular en Nueva Zelanda. A veces nos encontramos con algunos españoles, incluso trabajando en algún bar para luego poder seguir viajando por aquí.

Toda esta costa es muy lluviosa. Más aún, es uno de los lugares con más precipitaciones del mundo. Oscilan entre seis mil y diez mil litros al año y en algún rincón llegan a 16000. No hay comparación con los escasos 500 litros que caen en Castilla en un año normal o con los 1000 litros de la “húmeda” Galicia. Aquí Hemos visto caer más agua en una sola tarde que en Cuéllar en los últimos seis meses.

Con tales lluvias es fácil suponer la inmensidad de estos bosques pero es difícil imaginar la maraña de troncos, ramas, lianas, líquenes, helechos, hierbas en un verde contínuo que lo inunda todo. Ahora comprendemos porqué una hoja de helecho es el emblema de Nueva Zelanda. Hay decenas de variedades, en todos los tamaños y tonalidades.

Torrentes y cascadas.

Comenzamos el recorrido por los Pancakes, unas extrañas formaciones rocosas junto al mar, semejantes a las capas de una tarta, que la erosión marina va modelando como una escultura de miles de millones de años. Son rocas calizas sobre las que los geólogos no se ponen de acuerdo, ya que parecen capas de sedimentos diferentes. Hay un recorrido trazado sobre los acantilados con miradores realmente fantásticos…y con reflexiones serias para fotógrafos: “Cuidado,¿crees que merece la pena perder la vida por una foto?”. Y señalan el lugar donde alguno ha caído despeñado. En algunos otros recorridos, en los glaciares, hemos encontrado indicaciones parecidas. Es un país bastante salvaje y seductor y por eso cada uno debe tener claro los riesgos que asume.

Conduciendo hacia el sur, a lo largo de toda la costa se suceden los infinitos matices verdes de los bosques. Cuando hacemos algunas rutas tranquiliza mucho saber que no hay serpientes ni otros bichos de peligro por los suelos de esta tierra. Simplemente aves,insectos y algún murciélago. Hace un tiempo se llevó a cabo una introducción nefasta de los possoms, un marsupial australiano, que como toda especie intrusa está causando más daños que beneficios. En Australia estos animales despiertan muchas simpatías. Parecen medio conejos, medio ratas y llegan hasta el tamaño de un gato. Ahora en Nueva Zelanda tratan de exterminarlos de diferentes maneras, pero la más eficaz es la carretera donde vemos constantemente sus cuerpos atropellados bajo las ruedas de los coches.

Rocas y océano.

Otros animales sorprendentes de estos bosques son los gusanos de luz. En algún paseo nocturno, guiado por supuesto, hemos visto todo el suelo como iluminado por cientos de puntos blancos brillantes, repartidos por todas partes. Nos comentaron que son mariposas en su fase de orugas y provocan un aspecto más encantado aún en estos bosques de ensueño.

Todos los días llueve, pero los dos últimos han sido casi con efecto diluvio. Ya vamos estando un poco hartos, aunque venimos de la sequía hispana. A causa de la lluvia siempre tenemos que rehacer planes y olvidarnos de lugares que anuncian como paraísos fotográficos cuando hay sol y reflejos acuáticos…en fin, así son los viajes. Como la vida misma. Hay que disfrutar de lo que se ofrece y saltar por encima de las posibles frustraciones.

La lluvia y el mar.

Ya nos hemos acostumbrado casi por completo a las carreteras neozelandesas, a las señales raras, a la tranquilidad del tráfico y sobre todo a los puentes de un solo carril, donde uno tiene que ceder el paso. Pero los más llamativos son algunos puentes compartidos con la vía del tren, donde rezamos un poco antes de pasar, por si acaso.

Cada día nos parece más interesante este país, además de precioso. Me pregunto cuál será la diferencia entre este país, su gente, su carácter, la forma de organizarse, la política… y otro país rico en recursos, como por ejemplo Argentina. Son muy parecidos en posibilidades y muy diferentes en realidades. ¿Será por la diferencia entre una colonización británica y otra latina? ¿Será por la diferencia entre una colonización católica y otra protestante? Ambas metrópolis han hecho las mismas barbaridades y han aireado las mismas buenas intenciones…pero la realidad actual tan diferente en cada país da bastante que pensar.

Autor: Jesús Eloy García Polo

Muévelo

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