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Paseos románicos por la montaña palentina. I

  • Becerril de Carpio

Cando una peste arrebata / homes tras homes,  n´hai máis / que´enterrar depresa os mortos / baixa-la frente e esperar / que pasen as correntes apestadas… / ¡Que pasen…que outras vendrán!” 

 Así lo contaba Rosalía de Castro en el siglo XIX. Va pasando el tiempo  y van llegando otras corrientes que ya nos permiten salir de casa y asomarnos a los caminos para ver si el mundo continúa como antes. Probablemente tardemos un tiempo  en ser conscientes de los grandes cambios que estamos sufriendo. Ahora solo queremos reanudar lo que dejamos en suspenso y en suspense hace más en año. Por eso vuelvo a la carretera rumbo a un lugar cercano, el norte de Palencia, por donde me he movido otras ocasiones con propósitos varios, fotos, caminatas, naturaleza, pero todavía no le he dedicado un tiempo especial al románico de esas tierras del norte, tan rico, tan variado y tan cautivador por su sencillez rural.

He tomado como centro base un pueblo muy semejante a Cuéllar, en su devenir histórico y en sus funciones comarcales, como Aguilar de Campoo. Enseguida veo que ha tenido más suerte en la conservación y en la recuperación de su patrimonio. Desde aquí  partieron hace ya mucho tiempo los aires renovadores para el patrimonio español de la mano de José Maria Pérez,  “Peridis”, creador de las “Escuelas Talleres” que supusieron un cambio profundo en la forma de entender la rehabilitación del patrimonio histórico.

Pero no quiero enredarme y me voy directamente a visitar el Monasterio de Sta.María la Real que es la joya de Aguilar y el emblema del trabajo del programa de las Escuelas Talleres. Fue ocupado por los Premonstratenses, que hoy nos suenan muy raros. Eran monjes de puertas abiertas, dedicados tanto a la predicación como a la oración. Seguían la regla de San Agustín, en lugar de la de San Benito, mayoritaria en los siglos medievales. El Monasterio quedó abandonado en 1835 tras la Desamortización, provocando su ruina, su expolio y el traslado a Madrid de sus piezas más valiosas. Tras su recuperación hoy es un centro educativo y un motor social y cultural de la comarca.

La organización del conjunto arquitectónico es la típica de un monasterio medieval que toma como eje el Claustro central en torno al cual se van levantando las distintas dependencias: refectorio, cocina, cilla, bodega, sala de los monjes, sala capitular y…hasta el pobrero, en el lado oeste. Supuso un gran impulso repoblador para toda la zona al tiempo que se convirtió en modelo a seguir sobre todo en sus aspectos escultóricos e iconográficos. Durante mucho tiempo no les faltó trabajo en toda la comarca a los escultores de los cuatro talleres que trabajaron en Aguilar de Campoo. Parece que cada pueblo quería tener algunas imágenes tal como lucían en el Monasterio de Sta. María la Real.

El río Pisuerga está en el origen del poblamiento y continúa ilustrando la imagen más bella de Aguilar. Se mantienen aún puertas y murallas, además de una plaza que mantiene el encanto de estas ágoras castellanas. Hoy está totalmente ocupada por terrazas que ofrecen una buena recompensa al final del día, un pincho por aquí, otra tapa por allá y dejo bien apañada la cena. Los días son largos y luego todavía me da tiempo a ver la puesta del sol sobre las aguas del pantano, junto al camping semivacío, donde voy a parar con mi cuerpo cansado, desacostumbrado ya a esta dura vida de turista.

Comienzo por la Iglesia rupestre de Olleros de Pisuerga un día completo de románico rural. Este espacio rupestre está concebido como una iglesia románica en el interior de una gran cueva. Es muy diferente a las otras ermitas o iglesias rupestres, más sencillas y adaptadas a cada terreno. Voy pasando por Sta. María de Mave, antiguo convento y hoy alojamiento turístico. El interior es un bello ejemplo del románico puro y limpio. Luego S. Salvador de Pozancos y los diferentes barrios de Becerril de Carpio.

Cuando me acerco a cada uno de estos pueblos y me encamino a su iglesia románica del siglo XII siento el mismo deseo de dejar volar la imaginación. Es el único edificio que ha llegado a nuestros días de aquella aldea de hace más de ochocientos años. Todo ha desparecido salvo el templo que todos contribuyeron a levantar. Podemos pensar ¿qué quedará en nuestras calles después de 800 años? Entonces comprenderemos la relevancia del sencillo edificio que tenemos delante porque nos está contando la historia de aquellas gentes que se establecieron en ese lugar, formaron una comunidad con leyes, fiestas, ritos, con sus trabajos, sus relaciones y, sobre todo, con una mentalidad, unas creencias, un mundo espiritual que hoy nos resulta extraño y lejano. Solo tenemos el templo para acercarnos a la vida real y cotidiana  de aquellas gentes. La historia cuenta las batallas de los reyes y nobles, los matrimonios de bellas damas con orgullosos caballeros, las muertes gloriosas o cobardes de los guerreros. Las paredes de la iglesia nos cuentan la vida de la gente de las aldeas tal como era.

Termino el día entre Valdegama y Gama, donde me animo a subir hasta el altivo castillo y contemplar una panorámica que compensa el esfuerzo, Por todos los sitios he encontrado gente muy amable, orgullosos de la iglesia y del pueblo. He podido ver el interior de casi todos los templos. Las visitas están bastante bien organizadas, contando siempre con la buena disposición de los responsables de las llaves. Donde ya no queda gente, ya no puede haber cuidadores…

En Aguilar de Campoo me espera otro rojizo atardecer sobre las calmadas aguas del pantano. Los pocos clientes del bar del camping animan una improvisada sobremesa. Todos esperan el ruido y el jaleo de una vida normal y la vuelta de los ansiados turistas.

Autor: Jesús Eloy García Polo

Muévelo

2 Comentarios

  1. Excelentes comentarios e imagenes de un sugestivo y extraordinario tema como es el.Romanico Palentino

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  2. Emotivo y evocador relato conseguido por la buena disposición de las palabras que transmiten imágenes, al igual que las fotografías. Gracias Eloy.

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