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Primer juicio contra el propietario de la planta de Fuentepelayo

Laguna de La Llosa, de Fuentepelayo.

Laguna de La Llosa, de Fuentepelayo.

Esta jornada se ha celebrado en el Juzgado de Cuéllar el primero de los juicios contra el empresario de la planta de compostaje de Fuentepelayo por el acoso que sufrieron unos escolares por unos mastines de su propiedad cuando estaban realizando una excursión a la laguna de La Llosa. Estos hechos ocurrieron el 1 de agosto del 2015, cuando el grupo juvenil, de unas 60 personas en total, con edades de 4 a 16 años, se acercaba a la laguna de La Llosa, situada a unos 600 metros del casco urbano de Fuentepelayo, dentro de las actividades de la  Escuela de Verano de esta localidad.

Según los hechos denunciados, los mastines se aproximaron de forma agresiva a los pequeños, sin que los pastores hicieran nada por evitarlo a pesar de los insistentes llamamientos de los responsables de la actividad «existiendo un riesgo real de ataque de los perros que provocó escenas de pánico y preocupación entre los pequeños». Mientras el denunciado ha alegado en su defensa, que no se encontraba en el lugar de los hechos, y su defensa ha cuestionado por qué, si los hechos acaecieron el 1 de agosto de 2015, no se ha formulado la denuncia hasta el 16 de enero de 2016. Y la respuesta del denunciante ha sido que “por el clima de miedo que existía en Fuentepelayo”, y cómo tras la constitución de la Plataforma Ciudadana No Más Mierda ha sido posible efectuar las denuncias teniendo el respaldo de esta plataforma vecinal.

El humedal de la Llosa La Llosa es el mayor de los existentes en Fuentepelayo, y tiene un gran valor ecológico en esta zona de la tierra de Pinares, al igual que las Lagunas de Cantalejo y Lastras de Cuellar. En este humedal que ocupa una extensión de 2,6 hectáreas hay fresnos, sauces, chopos, castaños, abetos, saúcos y pinos, además de garza común, focha común y la gallina o polla de agua, junto a carboneros, carpas, tencas, ranas, culebras o mirlos. Y su laguna resultó contaminada por un vertido de sangre en el año 2010, según la denuncia presentada en su día por el Servicio de Protección de la Naturaleza.

Autor: Redacción Cuéllar

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