Esta jornada de miércoles se escribe un nuevo capítulo en la problemática generada por los malos olores en la localidad de Fuentepelayo, y es que se va a hacer entrega en el ayuntamiento de la localidad de un escrito firmado por 413 vecinos (casi la mitad de la población) en el que ponen de manifiesto a la alcaldía su malestar por los malos olores que vienen padeciendo desde hace mas de siete años procedentes de la planta de compostaje de la empresa Agrogestión y Aplicaciones Medioambientales. Y los firmantes preguntan al consistorio «que acciones, medidas y controles realiza para minimizar o eliminar este problema de malos olores y deposito de sustancias poco salubres».
En el escrito los vecinos señalan que «cada día se descargan más camiones y cubas con diferentes productos, pero no se aprecia empaquetado o envasado de compost ni salida de abonos orgánicos de la planta». Y dado este hecho apuntan que «es fácil suponer que los residuos que llegan a la planta continúen en ella o como se puede observar con frecuencia, cubas, remolques y camiones salen de la planta cargados de productos en estado líquido o sólido y se esparcen o se amontonan por determinadas tierras de la comarca», provocando con ello que no solo huela mal en los alrededores de la planta sino en toda la comarca.
También apuntan que «desde la citada planta de compostaje han abierto un canal que desagua en el colector público de San Gregorio a San Cebrián», y por ello preguntan al consistorio sobre el permiso reglamentario para la abertura y ejecución de este colector». Y además, que en las parcelas de “ Masa común”, tradicionalmente cultivadas de cereal, «hemos podido observar como se utilizan de deposito de grandes cantidades de subproductos procedentes de la citada planta, que por el volumen, textura y aspecto no parece basura útil para el cultivo sino un simple deposito de residuos». Y se preguntan si «en pliego de condiciones para la cesión de estos terrenos municipales, se permite el uso para deposito de materiales y sustancias no agrícolas».
Finalmente los firmantes del escrito denuncian que ante este problema de los malos olores, la actitud de los últimos tres consistorios ha sido y es muy pasiva y actualmente preocupante, ya que «creemos que la persistencia de los olores, y el posible efecto sobre la salud de las personas, dan al problema el carácter de muy grave e importante para que se tomen las medidas necesarias para su eliminación». Y por ello solicitan que el tema sea tratado en un pleno municipal, en el que se informe por parte de la Corporación del «resultado de las gestiones ante otras administraciones competentes para eliminar este problema y, así calmar, las inquietudes y preocupaciones de la ciudadanía».
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