La tarde empezó con sombras, por el poco juego de los dos primeros de Garcigrande. Pero se tornaron en luces cuando salió al ruedo el ruedo el tercero de la tarde, el toro mucha fijeza y ritmo en la muleta y el peruano Joaquín Galdós realizó una faena vibrante que le valieron las dos orejas.
Fue el anticipo de lo que vino después. Un inmenso Morante destapó el tarro de las esencias para lancear al cuarto de Garcigrande a la verónica. El de la Puebla paró el tiempo en una media y después, con mucho arrebato empezó la faena de muleta pegado a tablas para sacar el toro por alto a los medios y torear muy despacito, tanto como la embestida lenta del toro de Garcigrande.
Morante arrancó una oreja y la tarde se vino para arriba. Espoleado por su paisano, Juan Ortega se estiró con el capote en el quinto, para dejar su sello personal toreando a la verónica, llevando al toro embebido en los vuelos del capote, como no se ha visto a este lado de Madrid.
Después, compuso una faena plena de inspiración, toreando muy de verdad en la muleta, «muy vertical» , con mucho temple y gusto a un sensacional toro de Garcigrande, que metió la cara y tuvo mucha fijeza en la muleta. El sevillano no cortó orejas, mató muy mal, pero trajo del sur el aroma y empaque del toreo profundo, que ya no se ve en estos tiempos.
Finalmente, Galdós remató su tarde triunfal arrancando una oreja al sexto de la tarde. Perú 3-España 1, diría un espectador en el tendido. Pero, en el plano personal, si me dan a elegir..sin ninguna duda, Juan Ortega me quedo contigo.
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