Guillermo Hermoso de Mendoza abrió la puerta grande de Cuéllar recogiendo el testigo de las grandes tardes de su padre en la villa cuellarana. Todo ello a pesar del mal juego de los toros de Sánchez Herrero.
La corrida transcurría por los caminos de la decepción, de toros parados y defensivos y llegó el quinto y esta vez sí hizo honor a su número y fue bueno. Un espejismo entre el resto de la corrida y que fue a manos de un torero enrachado como es Guillermo y con el que pudimos disfrutar la mejor lidia de la tarde.
Lo mejor vendría con Disparate en banderillas, donde Guillermo pudo lucir el caballo galopando de costado y con ese toreo largo, y la guinda con la monta de Esencial con un par de banderillas a dos manos. El resto de la tarde es mejor dejarlo en el olvido.
Comentarios recientes