Nuestro viaje por la ribera del Duero nos lleva a visitar la bodega Arbás, situada en un enclave privilegiado, en la localidad de Piñel de Arriba. Este proyecto bodeguero nació en el año 2006 y nació de la ilusión y amor de Jesús Arbás por el mundo y la cultura del vino, que se fusionan en esta bodega con ese marcado carácter de los vinos de la zona de Pesquera.
La visita a Arbás sumerge al visitante en esa pasión por la cultura del vino que empieza por esa contemplación inicial del paisaje en el que está enclavada, rodeada de viñedos, la entrada a su patio interior, y las propias instalaciones de la bodega, donde la degustación y cata de vinos se convierten en una experiencia única.
La filosofía personal de Jesús Arbás se transmite a los vinos de la bodega, que elabora los auténticos ‘vinos de finca o autor’ , con mucho cuerpo y carácter. Se trata de vinos naturales y biodinámicos, que se consiguen tras una cuidada selección exclusiva de los racimos de uva, primero en sus viñedos y después en mesa.
El vino, subraya el propio bodeguero «siempre dice la verdad» y esa identidad se saborea en los vinos de su bodega. Comenzando por el más joven, el roble y se acentúa sobremanera en su crianza, el Arbás Doce, un vino carnoso aunque muy equilibrado, que denota ese sabor a madera de su crianza durante 12 meses en barrica.
Su caldo más prestigioso es el Rond de Jambe, aterciopelado, redondo y muy equilibrado, con una crianza de 18-20 meses en barrica más 12 meses de evolución en botella, del que se elaboran únicamente 5.000 botellas por añada y que es todo un disfrute para los paladares más exquisitos.
La visita a la bodega va más allá. La cata de vinos y charla con Jesús Arbás nos transmite el importante papel de su mujer, la bailarina y coreógrafa Mayte Bajo, como alma de este proyecto. En las paredes de la bodega, cuelgan sus cuadros y todo gira en ese amor por el vino y la danza. La armonía entre el vino y la danza es la seña de identidad de los vinos de Arbás.
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