Jesús Eloy García vuelve a sus orígenes, este miércoles 27 de agosto, para ofrecer un concierto en el marco del postiguillo de la Iglesia de Santa Marúa de la Cuesta de Cuéllar. Un espacio que siente como propio en un concierto que más allá de encuentro íntimo invita a una celebración colectiva.
La figura de Jesús Eloy recuerda a aquellos antiguos juglares, caminantes con guitarra al hombro. Canta a la vida sencilla, a la memoria y oficios olvidados, a las tierras y carreteras de Castilla que conducen a la M-30. Es, en cierto modo, un guardián de la memoria cultural.
Su voz cercana, transmite el alma de quien canta no solo para entretener, sino también para contar, para recordar y para sembrar. En sus composiciones no rehúye los temas sociales, y en su guitarra caben la denuncia y la esperanza y se sitúa en esa frontera entre lo íntimo y lo universal.
Quizá por eso se le puede etiquetar como trovador más que como cantautor, porque su entrega no consiste solo en cantar, sino en tejer un relato con cada actuación. Cada acorde de su guitarra suena como un latido en que conviven sus propias vivencias y la mirada de un hombre sensible a lo cotidiano.
En un mundo acelerado, su música es un recordatorio de que lo esencial aún pervive en lo sencillo, destacando por la sinceridad de su propuesta y convirtiendo sus conciertos en una invitación a una celebración colectiva.
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