Artículo de Opinión de Jesús Eloy García Polo.
Nuestros Concejos se crearon en la Edad Media al tiempo que los repobladores se iban extendiendo por el sur del Duero, en antiguos núcleos o en otros que creaban a su llegada. Trataban de organizarse como grupos humanos y los Concejos reflejaban ese afán de organización que llegaba a todos los niveles sociales, religiosos y económicos. Sus tareas abarcaban desde la limpieza de las fuentes hasta el reparto de los pastos comunes o la venta de los vinos del lugar. Había muchas cosas que organizar.
En nuestros días parece que los nuevos regidores tratan de quitarse de encima el mayor número de tareas posibles. Ahora se llama Neoliberalismo, que viene a decir privatizaciones encubiertas. Allá donde puede haber una ganancia económica aparece un edil y una empresa que se ponen de acuerdo en rentabilizar lo que antes era un servicio público. Donde haya posibilidades de hacer dinero, pronto llega una concesión privada.
Paso a paso hemos visto en Cuéllar cómo se han dado a la gestión privada un buen número de servicios públicos. Hace más de veinte años que el gobierno municipal del PP comenzó privatizando la gestión del agua. Nuestro actual edil popular ha retomado ese afán privatizador poniendo en manos privadas servicios que funcionaban perfectamente. Empiezo recordando la gestión de la piscina climatizada y la de verano. Puedo continuar con la Planta de Biomasa, el alumbrado público, la extensión del servicio de agua potable a toda la comarca, el Albergue municipal … Más y más gestión privada que ha llevado a nuestro alcalde a la feliz idea de privatizar hasta la caca de los perros, con la nueva ordenanza de Convivencia Ciudadana.
Hay que dejar claro que el primero y justo objetivo de una empresa privada es ganar dinero, no ofrecer buenos servicios. Eso lo podemos aplicar a Biomasa, agua, alumbrado, piscina… Un alcalde debe tener otros objetivos.
Después de ver este afán por desprenderse de la gestión de los servicios públicos me hago la pregunta inicial :“Entonces…para qué sirve un alcalde? ¿Sólo para Toros y Procesiones? ¿Solo para ser un mero administrador de ingresos y gastos de la oficina municipal, sin ningún tipo de iniciativa?
Esperamos mucho más de un alcalde, sobre todo en estos años tan duros. Cuellar está en una profunda depresión y nuestro alcalde se limita a sumar y restar euros para que le cuadren las cuentas. El pueblo pide bastante más. Hay que tomar iniciativas para recuperar la industria, para revitalizar el comercio, para situarse como cabecera de una rica comarca agrícola, para que el turismo vuelva a crear puestos de trabajo, para que educación y sanidad no pierdan recursos humanos y económicos,,, Esa es la dura y la bonita tarea de un alcalde. Para sumar y restar euros no necesitamos un alcalde, basta un funcionario. En ese caso, podríamos decir que sería un buen administrador, pero un mal alcalde. Sin embargo el Tribunal de Cuentas de Castilla y León ya le ha dicho que tampoco es un buen administrador. Entonces… ¿para qué sirve un alcalde?
Comentarios recientes