Ladislao González en el acto de toma de posesión de la alcaldía de Navas de Oro.
Ladislao Gonzalez ha tomado posesión como nuevo alcalde de Navas de Oro en una sesión que se retrasó mas de 35 minutos, y que se ha celebrado con un salón de sesiones llenó a rebosar en el día grande de la fiestas patronales de San Antonio de Padua que se están celebrando en la localidad. La sesión siguió el guión previsto con la constitución de la mesa de edad y el juramento y promesa de los concejales, y la toma de posesión del nuevo alcalde, único de Izquierda Unida en la provincia, que en sus primeras palabras empleó un tono conciliador y empezó por señalar que «no hay buenos ni malos«, tendiendo la mano al diálogo al grupo popular.
La alcaldesa saliente, Carmen Pinela, dando lectura a su juramento como concejala.
La sesión transcurrió en medio de una gran expectación por parte del público, tanto dentro como fuera del salón de sesiones donde se se vivía un ambiente plenamente festivo con las charangas tocando y la gente bailando a la puerta del ayuntamiento. Y con los ecos de ese ambiente que llegaba de la calle, González, expuso las líneas del programa de gobierno que le ha llevado nuevamente a conseguir la alcaldía y que tiene como ejes principales la reapertura del servicio del Centro de Día, que fue cerrado por Carmen Pinela, la recuperación de los servicios privatizados y el proyecto de ejecución de nuevas viviendas sociales en la localidad, entre un decálogo de actuaciones que pasan por la recuperación de la zona de ocio de El Sumidero.
El salón de sesiones estaba completamente lleno de público.
Entre el público en el salón de sesiones, había gente de todas las edades, pero predominaba un perfil de público adulto en el que se encontraban los familiares de los antiguos usuarios del Centro de Día, así como otros, mas jóvenes que habían hecho un alto en la fiesta para seguir la sesión de toma de posesión de la nueva Corporación municipal. Una Corporación que inmediatamente después de tomar posesión ya se incorporaba a la celebración de los actos religiosos con motivo de la fiesta de San Antonio de Padua, la misa solemne y la posterior procesión.
Y fuera del salón de sesiones, la fiesta en su máxima expresión.
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