El matador de toros cuellarano se recupera ya en su domicilio, de la cornada sufrida ayer en los primeros compases de su faena de muleta al cuarto toro de la corrida de Baltasar Iban. Una corrida buena en líneas generales, pero que tuvo en este ejemplar castaño, el garbanzo negro de la tarde.
Javier Herrero fue cogido cuando se estiraba sobre la mano derecha y, lo que en un principio pareció superficial al equipo médico de la plaza, se pudo comprobar mas tarde en el Hospital de Segovia, que se trataba de una cornada limpia, que no afecta solamente a la zona escrotal, sino que tiene, también, una trayectoria interna en la zona de la ingle y cavidad abdominal.
El torero ha pasado una mala noche, con dolores y con fiebre y se recupera ya en su domicilio, tras ser atendido inicialmente en la enfermería de la plaza y ser trasladado posteriormente al Hospital General de Segovia.
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