El desfile de las pandas y peñas en la plaza de toros ponía el punto final en la jornada de ayer a las fiestas de Cuéllar del 2015, unas fiestas que han estado marcadas por las incidencias que se han desarrollado a lo largo de los cinco días de encierros, la mas grave sin duda alguna, el fallecimiento de un hombre de 66 años de edad, J.M.R.B., como consecuencia de una cornada en el encierro del domingo 30 de agosto. En su recuerdo, se volvió a guardar un minuto de silencio en el acto protocolario de la despedida de las fiestas en la plaza de toros de Cuéllar.
En esa despedida, los componentes de la Corporación municipal, con el alcalde Jesús García al frente, fueron recibidos con pitos por parte del público, unos pitos que se acentuaron cuando en su discurso de despedida de las fiestas, pedía «disculpas por las incidencias en los encierros», y agradecía la labor de los caballistas y las fuerzas de seguridad en el desarrollo de los encierros. Estos pitos de desaprobación por parte del público se volvieron a reproducir cuando el alcalde y los concejales de Festejos y Urbanismo, Luis Senovilla, y Javier Hernanz, acompañados de la Corregidora, Lorena Moreno, y las damas de las fiestas, abandonaban la plaza de toros.
Las fiestas terminaron, como viene siendo tradicional con los fuegos artificiales, que se lanzaron desde el Castilviejo, pero la última jornada festiva nos deja imágenes como el tradicional baile de la Rueda, que salió de la plaza Mayor, para discurrir por las calles de San Pedro y Las Parras y regresar de nuevo a la plaza de la villa. Esta Rueda, como es habitual todos los años, contó con una gran participación popular, en su mayor parte de mujeres, que dieron un color especial a las calles céntricas de la villa en la última jornada de las fiestas.
Una vez finalizadas las fiestas del 2015, llega el tiempo del análisis y de hacer balance, y en este sentido, el propio alcalde de la villa se comprometía en su discurso en la plaza de toros, a realizar un análisis de todo lo sucedido en estas fiestas del 2015, para ver «las cosas que hay que mejorar» de cara al futuro. Y falta hace porque estas fiestas se terminan con un triste balance, una persona fallecida en un encierro (aunque sea un hecho accidental), toros anestesiados en el campo y muertos en las calles, imágenes que pueden dañar de manera importante la imagen y el prestigio que venían manteniendo hasta la fecha los encierros de Cuéllar.
Imágenes: Mª Carmen Espeso
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