Encierro por los pinares.
Los toros, se ha dicho siempre, se ven mejor desde la barrera, en este caso si hablamos de encierros, desde la talanquera. Y como es habitual, una vez pasados los toros, es tiempo de reflexión como lo es este mes de Septiembre, en el que se van acortando los días y en ocasiones llueve. Y desde mi talanquera particular veo que el personal anda revuelto por aquello de que hemos vivido, es indudable, un mal año de encierros y se reclaman como es natural responsabilidades y soluciones para que esto no vuelva a pasar, porque la imagen ha sido lamentable.
Pero seamos sinceros, esto alguna vez tenía que pasar. Aunque esta vez los hados, los dioses no hayan estado de nuestro lado y la mala fortuna, como ha dicho el alcalde, «se ha cebado con nosotros». Estamos hablando de toros y nadie, ni el propio Dios, ni Caminero siquiera sabe lo que llevan dentro. Y por eso todos nos las prometíamos muy felices, con la selección de ganaderías que otros años han deparado bonitos encierros y sin embargo, esta vez no y no hay que rasgarse las vestiduras por ello, ni poner a los pies de los caballos, a quien otras veces se ha llevado a los altares.
Los toros han creado muchas complicaciones por el campo.
Por eso, hay que pedir un poco de mesura, aunque cuando las cosas salen mal, de inmediato se buscan culpables. Y si miramos a estos días de atrás, hay que reconocer que los problemas han estado en el campo, o en los pinares para ser mas exactos. Y que esos problemas pueden haber venido por que no se ha conseguido una conducción tranquila de las reses en el recorrido por la zona de pinares. Pero las razones, aunque se hable como tantas otras veces del excesivo número de caballos y de falta de colaboración y compromiso de los caballistas, solo Caminero lo sabe.
Lo que está claro es que se ha puesto una vez mas en la picota a los de los caballos. Algo que no es nuevo, y que se viene repitiendo cuando hay problemas en los encierros desde hace mas de veinte años. Y por eso han surgido enseguida las críticas sobre el descontrol que se ha visto por parte de los caballistas y surgen muchas dudas sobre si los toros y cabestros estaban o no hermanados. Y si de eso se trata está claro hay que pedir responsabilidades.
Tres toros han muerto extenuados.
Y otro aspecto son los fallos de organización, que se hicieron claramente patentes en el encierro del lunes, un encierro muy complicado, y del que nos quedan las imágenes del lamentable espectáculo de ver toros muertos por las calles. Eso esta claro no debía haber pasado y ha dañado gravemente el prestigio de los encierros de Cuéllar. Pero de lo demás, en mi opinión, tarde o temprano tenía que pasar, los toros siempre se han escapado, y no hay que buscar responsables mas allá de donde no las hay, porque el público ha respetado las normas marcadas para ver la suelta, el paso de los toros por Las Máquinas y en el Embudo. Y la gente está cansada de tantas prohibiciones, y mas de uno se pregunta para qué o para quien se hace un encierro por el campo, si no se permite que la gente pueda verlo y se piden mas y mas limitaciones para regularlo.
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