Han pasado apenas seis meses desde su última aparición en la escena pública, y Juan Carlos Álvarez, que en aquella ocasión lo hizo vestido con el uniforme de agente del servicio nacional forestal, ha vuelto a la escena política como candidato al Senado por nuestra provincia en las filas del Partido Popular. Álvarez, que dejó la alcaldía de Coca el pasado mes de junio tras veinte años en el cargo, está inmerso de lleno en la campaña electoral, y tras el mitín de Navas de oro, nos cuenta que su vuelta a la política no era algo que figuraba en sus planes, pero ha decidido afrontar el reto, como es él, con entusiasmo y dispuesto a llevar al Senado su lucha de muchos años en defensa del medio rural.
Ese es el principal objetivo que se marca Álvarez, en el caso de resultar elegido. Y lo dice sin ambages, la lucha por el desarrollo del medio rural, para añadir acto seguido y el medio natural, que le ha caracterizado al frente de la alcaldía y la Comunidad de Villa y Tierra de Coca durante tantos años. Y es que el ahora candidato al Senado es conocido en los despachos oficiales de las Administraciones por su tenacidad a la hora de defender el medio natural y la puesta en valor de los recursos forestales, como es el caso de la resina, que hoy en día es una realidad.
Ahora afirma » es otra etapa, que espero que sea fructífera», pero confiesa, con la prudencia lógica, que no se va a limitar a ocupar su escaño, «quienes me conocen saben que soy muy machacón«. Y piensa llevar hasta Madrid la defensa de los pueblos y del medio rural. Con toda una declaración de principios «estoy radicalmente en contra de la desaparición de los pueblos, que otros defienden». Los pueblos, para Álvarez,» son viables y hay que gestionarlos bien, esa es la clave y esa va a ser mi lucha».
Y en esto insiste el candidato popular, señalando que «hay que poner las bases necesarias para su desarrollo», utillizando para ello uno de los lemas de campaña del partido Popular « los pueblos no se deben cerrar». Y siendo fiel a su impronta personal, plantea ya en campaña iniciativas como la de potenciar el turismo rural, poniendo como ejemplo la creación de «una red nacional de alojamientos en antiguas casas y edificaciones forestales en desuso para atraer visitantes y generar empleo». Y tampoco se olvida del sector agrario, de la huerta del Carracillo y Santiuste, señalando que hay que potenciar su desarrollo porque su crecimiento es fundamental a nivel comarcal y provincial. En definitiva, Álvarez ha vuelto en estado puro. No sabemos si para quedarse. La respuesta la tendrán los electores el 20 de Diciembre.
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