Artículo de opinión de Jesús Eloy García Polo
Paseando por Cuéllar siempre llaman la atención una serie de edificios, perdidos en el tiempo, que parece que están pidiendo auxilio para que alguien los rescate y los devuelva a la realidad y a la vida, para que se sientan útiles, vivos en el siglo XXI. No hablo de casas particulares, que hacen sus propias llamadas, sino de edificios públicos, que son un interrogante, un desafío a los responsables de mejorar el presente y asegurar el futuro de la Villa. Son siete desafíos, que ponen a prueba la capacidad de un Ayuntamiento para gestionar tiempos difíciles y buscar soluciones. Allá van:
Iglesia de San Francisco. Ahí siguen sus paredes contemplando actividades variopintas sin que se haya planteado su completa rehabilitación y utilización para las necesidades que seguimos teniendo. El actual Ayuntamiento, nada más tomar posesión, paralizó la redacción del Proyecto para transformarlo en Auditorio. Pensábamos que tendría otra solución in mente. Nueve años después, ni tenemos el necesario Auditorio, ni San Francisco está rehabilitado, ni hay ningún proyecto para la que fue la mayor iglesia de Cuéllar.
Casas de los Maestros. Otro edificio municipal con grandes posibilidades y ningún proyecto, con un futuro prometedor y un presente ruinoso. Han pasado por diferentes fases desde que las dejó el último inquilino con derechos. Ahora están tapiadas para evitar ocupaciones indeseadas y son la muestra más palpable de la realidad de Cuéllar, para los que llegan por la carretera de Arévalo. Es un gran solar en la parte más valiosa del pueblo. Cualquier cosa es posible, pero hacen falta ideas, propuestas, proyectos… En este caso, está claro que no es cuestión de dinero.
Antiguo Matadero Municipal. Es otro edificio que hace tiempo que quedó fuera de uso, que ofrece un aspecto desolador, por lo que debe ser derribado enseguida, para evitar problemas derivados de ocupaciones. No se puede pedir que se reconvierta en un gran Espacio Cultural Alternativo, como el de Madrid, pero…¡no estaría nada mal!. Es otro gran solar en zona deportiva o residencial, que tiene múltiples posibilidades, pero que necesita una Corporación de emprendedores para que vuelva a la vida del Siglo XXI. Parece que no es su momento.
Viviendas de Niñas Huérfanas. Su construcción supuso la recuperación de un solar que había sido durante años una mancha en el centro histórico de Cuéllar, con casas hundidas, ruinosas o abandonadas. Hoy ofrece una perspectiva muy diferente. Sin embargo, después de nueve años, es la prueba más palpable de la incapacidad gestora de este Ayuntamiento. Hoy es una rémora social y económica. Cambiaron el destino final de viviendas de alquiler a viviendas para venta, con el fin de obtener dinero rápido, aunque los jóvenes se quedaran sin alquileres baratos. Ni lo uno, ni lo otro. Un fracaso rotundo. Son veintiocho viviendas que darían vida al centro histórico de Cuéllar, tan decaído. Es urgente una solución eficaz.
Por supuesto, es una construcción particular, pero su impacto desolador es público, demasiado público. Es el ejemplo cuellarano de la explosión de la burbuja inmobiliaria. Lo que estaba proyectado para ser una zona residencial, coqueta y de cierto nivel, se ha quedado en el aborto de un sueño. Está claro que el banco, propietario del solar y de la obra, no va a hacer nada en los próximos años mientras no vea un beneficio inmobiliario, actualmente muy lejano. La iniciativa debe partir del Ayuntamiento para buscar alternativas a un edificio que hoy lo sentimos como la mayor vergüenza en nuestro casco histórico. Hay que rehacer el proyecto. Hay que pensar en otras salidas. ¿No están buscando un sitio para el Centro de Salud?
Tampoco es municipal, pero desde Cuéllar se debe tomar la iniciativa para que el banco propietario busque una salida y elabore un proyecto para el futuro de este edificio del siglo XVI. Un edificio de esas características tiene infinitas posibilidades, pero si la propiedad está pensando en dinero rápido, entonces no tiene ahora ninguna alternativa. Puede tener función cultural, social, habitacional, de ocio…pero hay que presionar y ofrecer alternativas a los propietarios para recuperar como patrimonio de Cuéllar este edificio tan olvidado, que fue Convento, Cuartel de la Guardia Civil, Fábrica de Muebles…
Quizás sea la menos conocida, pero tiene un encanto particular, además del nombre. Es propiedad de la Comunidad de Villa y Tierra. Se levanta en el Común Grande de las Pegueras, ya cerca de Zarzuela del Pinar. Fue la antigua Casa del Ingeniero, cuando estas figuras eran los dioses que controlaban los pinares. Hoy su situación es penosa. Su rehabilitación como Centro de Turismo Rural ha quedado incompleta. La última Escuela Taller estuvo trabajando en su recuperación. No llegó a terminarse. Falta fontanería, pintura… Como solución, ahora se han tapiado las ventanas y se le ha mandado a dormir el sueño de la historia. Debe su gran encanto al hecho de estar “perdida” en medio de los inmensos pinares. ¿Por qué no se saca a concurso uniendo rehabilitación y gestión del Centro? Ahora mismo es otra inversión desaprovechada.
El Ayuntamiento dispone de un gran patrimonio que está siendo infrautilizado y desaprovechado. A los siete edificios podemos añadir el solar de la Huerta del Duque, que se pagó a precio urbanizable y como tal debería ser utilizado, sumando este espacio verde a un buen plan de urbanización. Lo que estamos viendo es que cuando faltan ideas, ideales y proyectos, la política se convierte en mera contabilidad.
14 enero, 2016
Me parece de lo más acertado el artículo, ya no hay que mirar las ideologías políticas,hay que mirar por el pueblo y no basta con bajar la deuda ,hay que hacer cosas para que la gente no se tenga que desplazar a Valladolid,es penoso tener que ir al cine más cercano como es pedrajas y que Cuėllar no tenga una sala,o a cualquier acto cultural,tenemos responsables que están cobrando dinero y que con una pista de hielo no solucionamos los 365 días del año,que tome nota el señor Alcalde….enorahabuena por el articulo