Llega la Semana Santa. Este 2016 arranca en una fecha muy temprana. Aunque la proximidad de esta celebración se viene notando desde hace fechas en la agenda de la villa, por la profusión de actos de las distintas Cofradías. Besamanos de la Soledad, el correspondiente Besapies del Nazareno, conferencias, y exposiciones como la de Ropajes y Colores Litúrgicos, que ha abierto su puertas esta semana, nos aproximan a esta festividad religiosa, que arranca este fin de semana con la tradicional celebración del Domingo de Ramos.
De la exposición, que visitamos de la mano de Juan Carlos Llorente, coordinador de la muestra, diremos que se trata de una exposición didáctica sobre el sentido de los colores aplicados a la indumentaria religiosa ( estolas, manípulos, casullas, cíngulos, albas, ternos, capas pluviales…), a la que se han sumado otros elementos muebles como custodias, cálices, candelabros..etc. de indudable valor como la custodia del altar de la capilla del colegio de las Niñas Huérfanas. Y a esta muestra hay que añadir la representación del musical «Jesús, la historia de un héroe», interpretado por los jóvenes de la Parroquia, que este fin de semana se ha estrenado en la sala Alfonsa de la Torre de Cuéllar.
Esta jornada se inaugura también la exposición fotográfica «Rostros de la Soledad» en la iglesia de San Francisco, y visitando esta iglesia se podían ver los últimos ensayos de la banda de Cornetas y tambores de la Cofradía del Nazareno. Visto desde fuera, no deja de sorprender «ese fervor religioso», pero les diré que tiene su encanto ver la ilusión de pequeños como Alba, una niña de 9 años, en el ensayo nocturno de la banda del Nazareno, en la iglesia de San Francisco.
Nuestras calles se llenaran muy pronto de vestimentas de los colores blanco , rojo, morado, púrpura, y negro etc. de las distintas hermandades religiosas. También de los sonidos de las bandas de cornetas y tambores. Pasaremos del júbilo de la entrada en Jerusalen, a contemplar la escenificación del dolor en los distintos pasos de las procesiones de la villa. Del color blanco, al negro. En definitiva, en Cuéllar estamos viviendo lo que se puede denominar como una «pasión por la Semana Santa».
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