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No huele a pueblo

Es una expresión que se repite muchas veces, sobre todo, por parte de quienes viven alejados del medio rural y, en esta época estival, vuelven a pasar las vacaciones al pueblo. Esa frase hecha tiene otro significado y connotaciones, pero la realidad es otra bien distinta. Aquí no huele a pueblo. Como dijo ya hace algunos años el cantante de Los Ilegales, en un famoso concierto en la plaza Mayor de Cuéllar,  lo que huele es sencillamente a mierda.

Esa es la realidad. No se pueden decir las cosas de otra manera. El ambiente es irrespirable porque huele a los vertidos de purines que se realizan en las proximidades del casco urbano de Cuéllar. Algo que los vecinos de la localidad venimos sufriendo, desde la segunda quincena del mes pasado, sin que se haya tomado ninguna medida por parte de las autoridades responsables.

Solamente hemos tenido un respiro, durante la  semana de las fiestas pero, una vez pasadas, los vertidos se han vuelto a repetir y de forma mucho mas acentuada. En Cuéllar, no hay indicadores que midan los niveles de contaminación, pero si los hubiera, casi con toda seguridad, que sobrepasamos todos los límites permitidos de la contaminación derivada de los residuos de nítratos y sulfuros de este tipo de vertidos.

Y es hora de que se tomen medidas porque, si bien es cierto que  nos encontramos en un entorno rural,  eso no está reñido con la realización de unas buenas prácticas agrarias por parte de los responsables de este tipo de vertidos, y lo que es mas importante de respeto por nuestro entorno y medio ambiente.

En este sentido, hay que recordar, que hay una Ordenanza municipal (que no se cumple), que regula este tipo de vertidos  y que fija que no se deben realizar en las proximidades del casco urbano. Y además, toda buena práctica agrícola señala que, cuando se realiza el abonado de las fincas, debe procederse a tapar este tipo de residuos. Por lo tanto, urge que se tomen medidas, de una vez por todas, porque la situación empieza a ser de tal gravedad, que puede incidir, a buen seguro, en la salud de las personas y de nuestro medio ambiente.

Autor: Redacción Cuéllar

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