Las imágenes que nos dejan nuestros ríos estas jornadas son las propias de esta época primaveral, con cauces y cursos llenos de agua como consecuencia del deshielo. Y es ahora cuando hay que plantearse el debate abierto sobre las alegaciones que se han presentado a la ampliación de la recarga del Carracillo, que son muchas y que cuestionan la derivación que se plantea, con un volumen máximo anual de 14’2 hm³ y reduciendo el caudal mínimo a respetar fijándolo en 610 l/s ) porque según distintas organizaciones supone una amenaza para el ecosistema del Cega, y sus espacios protegidos.
La pregunta es si se puede detraer mas agua del curso del río para los usos agrícolas que se plantean o realmente esa agua es imprescindible para el propio sistema fluvial, ya de por si amenazado en épocas de sequía. Y hay que recordar en este sentido que las alegaciones presentadas alertan del riesgo que la recarga supone para los espacios naturales incluidos en la Red Natura 2000, como son las Riberas del río Cega, la zona IBA del Río Cega-Tierra de Pinares, de especial protección para las aves, y el LIC Lagunas de Cantalejo, en el que están incluidas las lagunas de Lastras de Cuéllar.
Según las alegaciones presentadas por Izquierda Unida, el catálogo de especies amenazadas incluye mamíferos de gran interés como la nutria y el desmán ibérico, y entre las aves la cigüeña negra (catalogada en peligro de extinción), búho real y martín pescador, como las más destacadas. Pero no solo la fauna se vería amenazada, también se verían afectados la flora y el acuífero y los manantiales de los que se nutre el río Cega. Así como, los pinares de la ribera del río Cega, ya que los cambios en el uso de los acuíferos superficiales pueden llevar a cambios en el patrón ecológico del paisaje, al alterar la relación entre la humedad del suelo y la vegetación.
Así pues, el debate abierto es si está en riesgo el mantenimiento de un ecosistema de alto valor ecológico, como es de la tierra de Pinares, o podemos seguir manteniéndolo haciendo un uso racional del agua. Y ahí entran en juego los intereses económicos que hay detrás de ese proyecto, y el de los conservacionistas que abogan por una agricultura sostenible, ya que “el agua es un recurso escaso y debemos gestionarlo de forma eficaz». En definitiva, está en juego una inversión aproximada a los 28 millones de euros en la modernización de la estructura de regadíos de la zona, y de los que piensan en el desarrollo económico de la comarca. O por contra el de los que piensan que ese modelo de desarrollo no es el futuro y apuestan por la defensa de nuestro entorno natural. Y hay que ver que intereses van a prevalecer.
25 abril, 2016
El desarrollo económico de cualquier lugar está condiconado por la salvaguarda del patrimonio cultural y natural de la misma. La Pac así lo contempla, no podemos ser europeos para recoger subvenciones, y luego incumplir sistemáticamente las obligaciones, criterios y principios de sus politicas. Los proyectos de regadios o modernización de los mismos deben contar con estudios rigurosos que apliquen la recuperación de costes, garanticen el mantenimiento de los ecosistemas acuáticos, recuperen la funcionalidad de los acuíferos y evite la grave contaminación difusa que origina el uso masivo de fitosanitarios, fertilizantes etc.
El escenario de cambio climático y la tendencia de la sostenibilidad de las politicas agraias y de aguas en estos momentos exigen de las administraciones españolas una coordinación institucional que reconduzca el desarrollo agrario a caminos de lógica y coherencia. Padecemos en nuestra zona una importante contaminación por arsénico que debe ser la prioridad de las autoridades, el abastecimiento de agua potable de calidad, como derecho humano establecido por la ONU.