Mesa de la Jornada.
Cien técnicos y productores de ajo de toda España participan esta jornada en la primera Jornada Formativa de Productores de Ajo, que organiza la Asociación para la Promoción del ‘Ajo de Vallelado’, el periódico agrario ‘Campo’, y la Junta de Castilla y León en la Escuela de Formación Agraria de Segovia, una jornada que ha contado con la presencia del Director general de Producción Agropecuaria e Infraestructuras Agrarias, Jorge Llorente, acompañado del Delegado de la Junta en el acto inaugural.
En la jornada se tratan temas tan importantes para el sector como son la sanidad vegetal, mejoras en los cultivos, control de enfermedades, aspectos prácticos en el manejo del cultivo de ajo, los efectos del cambio climático en el cultivo, la problemática sanitaria, variedades de cultivo y procedimiento de inscripción de una nueva variedad, o la mecanización como pieza clave en un mercado cada vez mas exigente.
En definitiva, ponencias y mesas redondas encaminadas a avanzar en el conocimiento de los últimos programas de saneamiento y las mejoras en marcha para garantizar la rentabilidad de este cultivo, que es un producto de relevancia en nuestra Comunidad por su calidad diferenciada y por el volumen de la producción. Castilla y León, con alrededor de 470 productores dedicados a este cultivo y 1.350 hectáreas anuales, cuenta con una producción media de 14.000 toneladas, lo que la sitúa como la tercera comunidad productora de ajo de España. Además, con un rendimiento superior a la media nacional: 9.500 kilos por hectárea, frente a los 9.000 del resto del territorio nacional.
La Consejería de Agricultura viene colaborando con la Asociación para la Promoción del Ajo para mejorar la sanidad vegetal de este producto y, con ello, incrementar el rendimiento de las zonas productoras de ajo de Vallelado en las provincias de Segovia y Valladolid. Desde el 2011, la Junta conjuntamente con las Diputaciones provinciales de Segovia y Valladolid y esta asociación desarrollan un trabajo de control de la sanidad del ajo, a través de la obtención de plantas libres de patógenos, la mejora genética y la actualización de pautas de manejo del cultivo. El trabajo ha consistido en la búsqueda de cultivos ‘in vitro’, de semillas ‘limpias’ que permitieran mejorar las cosechas de los agricultores de la Comunidad e incluso venderse a otras zonas productoras.
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