Editado Por Redacción Cuéllar en Sep 4, 2016

El encierro de Cuéllar son los caballos. Así se pronunciaba el fotógrafo americano Jim Hollander, que ha publicado sus imágenes de los encierros de Cuéllar estos días en medios tan prestigiosos como el Wall Street Journal. Y esa imagen es lo que le trae a nuestra localidad desde hace unos años para captar con su cámara las imágenes de los caballistas en su recorrido por el campo y los pinares.

Dicho esto hay que señalar que sigue viva la polémica que se ha generado estas fiestas por la reducción en el número de caballistas que han llevado la conducción del encierro por los pinares. Esa limitación a 20 caballistas no ha gustado y ha levantado ampollas entre el colectivo de caballistas, abriendo una herida que no se ha cerrado en el transcurso de los encierros, y que se dejó notar con una fuerte pitada de los caballistas no autorizados cuando se incorporaron a la conducción del ganado tras su paso por la zona de pinares.

Y una vez finalizadas las fiestas, la polémica continua. Para el director del encierro, Pedro Caminero, la reducción de los caballistas ha facilitado la labor de parar los toros en el pinar y ha sido fundamental para el buen funcionamiento del encierro», añadiendo además que el punto de reunión tras el paso de la cañada no es el idóneo y habría que cambiarlo en el futuro. Unas palabras que no han gustado nada en el seno de los caballistas, que en palabras de la presidenta de la Asociación Amigos del Caballo, Ainhoa Iglesias, han respondido señalando que esa limitación «no ha sido el detonante para que los encierros salgan bien o mal, ya que con 2o caballistas los encierros de Castilblanco y Lagunajanda no han funcionado y se ha necesitado la colaboración del resto del colectivo, que se han implicado para sacar el encierro adelante».

Iglesias ha manifestado además que «la espectacularidad del encierro de Cuéllar esta en el campo y ese factor ha hecho que sea un encierro diferente y de referencia, añadiendo que «el encierro por las calles es como el de otros muchos pueblos y si no permitimos el encierro por el campo se va camino de un encierro mediocre». Y defendiendo los intereses de su colectivo ha señalado que hay que buscar un equilibrio entre el número de caballos y la organización para que el encierro salga bien, ya que » si nos mandan a los rastrojos el encierro terminará por morir y esto no le hace ningún beneficio al pueblo, porque han faltado 200 caballistas y eso se ha notado en un sector tan fundamental como la hostelería estas fiestas.

La presidenta de esta asociación reclama la búsqueda de soluciones, que exige a la Corporación y que pasan en su opinión por «mejorar la organización, y no quitando caballos y prohibiendo, ya que el encierro es de todos y se ha visto que con 20 caballistas puede que salga bien, pero cuando salen mal si no estamos en el pinar a quien se va a pedir ayuda». Para Iglesias se ha comprobado que «20 caballistas no son suficientes, hay otros factores como encabestrar los toros, y ha insistido que la prohibición de ir al pinar «la hemos sufrido un colectivo minoritario que somos los primeros que luchamos para que el encierro salga bien», como  han demostrado los caballistas de la asociación colaborando en los momentos difíciles que se han vivido en estos encierros».