Todas las semanas aparecen en los periódicos y la televisión noticias sobre avances científicos relacionados en su mayoría con la salud. Cuando los leo suelen generarme dos sentimientos, uno relacionado con mi profesión, investigadora, y otro más personal. A nivel profesional creo que la gran mayoría de estos artículos tienen falta de rigor científico porque se intenta hacer tan accesible este tema a la población que termina no siendo completamente cierto lo que se dice. Y, por otro lado, la búsqueda de llamar la atención sobre los descubrimientos hace que se exagere lo que se escribe confundiendo de esta manera a la población. Con esta sección me gustaría poder intentar hacer lo que parece imposible, contaros estos avances de manera coloquial para que todo el mundo lo entienda, pero con rigor profesional; y con los pies en la tierra, sin exageraciones y sin falsas esperanzas.
En muchas ocasiones recibo de la parte de amigos y conocidos mensajes en Facebook o por Whatsapp sobre artículos, vídeos o comentarios sobre: “el cáncer tiene cura, pero a los científicos y a las farmacéuticas no les interesa que se sepa.” Bueno, como investigadora sobre el cáncer desde hace quince años os puedo asegurar que esta afirmación no es cierta. Hay muchos, muchísimos avances en este tema, pero no existe la fórmula, vacuna o tratamiento mágico que todo lo cure. No tenéis más que pensar que si fuera así, entonces los médicos, científicos y magnates de farmacéuticas estarían a salvo de morir afectados de cáncer… ¿no?
Aunque mi especialidad sea la investigación básica sobre el cáncer, mi intención es poder contaros avances no sólo en cáncer sino también en enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson, y enfermedades que implican una reducción en la calidad de vida como las alergias, la diabetes, las intolerancias alimenticias, etc.
Pero lo primero que quiero que entendáis, y que es fundamental para los siguientes artículos, son los distintos tipos de investigación que hay. Existe la investigación básica (aquella en la que siempre solemos leer la palabra “ratones” en algún momento) e investigación aplicada (aquella en la que podemos encontrar la palabra “pacientes”). La investigación básica tiene como finalidad profundizar en los conocimientos fundamentales de un fenómeno, por ejemplo, estudiar cómo las células de nuestro organismo son capaces de dividirse, cuál es el mecanismo clave para que una célula pierda el control y se divida compulsivamente hasta generar un tumor, por qué nuestro organismo es incapaz de producir insulina, por qué nuestro sistema inmunitario reacciona frente a la picadura de una abeja, … Una vez que hemos descubierto dónde hay un fallo, pasamos a la investigación aplicada que se concentra en buscar nuevas técnicas y tratamientos que permitan reparar o paliar los defectos de nuestro organismo. La investigación aplicada es quizás, para ojos de todos, la más importante porque es la que nos puede llegar a “curar”, pero no podría darse sin todo el conocimiento aportado por la investigación básica.
Una parte muy importante en investigación biomédica son los ensayos clínicos, una etapa crítica para que un medicamento o tratamiento sea aprobado. ¿Habéis escuchado alguna vez “hay un nuevo tratamiento que está en fase II de un ensayo clínico”? Esto es porque los ensayos clínicos constan de cuatro fases. En la fase I se administra el medicamento por primera vez a humanos que suelen ser voluntarios jóvenes y sanos (no más de 100 personas). También puede ser propuesto a pacientes diagnosticados como “enfermos terminales” para los que el tratamiento pueda ser su única esperanza de sobrevivir. La finalidad de esta fase es estudiar los posibles efectos secundarios y la tolerancia al tratamiento. La fase II (o estudio piloto) ya se aplica a pacientes con la enfermedad para la cual el medicamento ha sido creado (200-500 pacientes). En ella se determina la dosis óptima del medicamento y sus posibles efectos indeseados. En esta fase se obtienen datos preliminares sobre la eficacia al tratamiento. La fase III es el estudio del tratamiento sobre miles de pacientes en los que se compara la eficacia del tratamiento comparada con la administración de un placebo. El coste de esta fase es muy elevado y se necesita financiación pública o privada para llevarlo a cabo. Y, finalmente, la fase IV que es el seguimiento del medicamento después de que este ya esté a la venta. Sirve para poder descubrir efectos no detectados durante las fases anteriores o complicaciones raras. En este caso, los gastos corren a cuenta de la empresa farmacéutica que lo pone en el mercado.
Cómo podéis ver la investigación es algo complejo, que lleva muchas etapas, que avanza rápido, aunque no tanto como nos gustaría, pero sobretodo es muy necesaria. Espero que encontréis la sección interesante y que os pueda ayudar a entender mejor y de manera más realista todos los avances que nos puedan ayudar en un futuro, esperemos no muy lejano, a mejorar nuestra calidad de vida.
Laura Senovilla, Doctora en Biología. Investigadora del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica, Centre de Recherche des Cordeliers. París (Francia)
9 noviembre, 2016
Hola Laura,me vienes como anillo al dedo.Tengo dudas sobre la vacuna nueva que ha salido para evitar la meningitis en los niños. Te agradecería que me dijeras si es segura y si tiene algún efecto secundario.Muchas gracias.
10 noviembre, 2016
Hola Raquel!
No estoy segura de que mi respuesta te pueda ayudar en lo que necesitas.
Como has podido ver, yo no soy médico sino que hago investigación. Por lo tanto, lo único que te puedo decir es que para que la vacuna haya llegado al mercado ha pasado los controles exigidos para ello. Si tenéis dudas (por la razón que sea), mi consejo es que lo habléis directamente con vuestro médico que es quien conoce vuestro historial y está al día sobre cómo está funcionando la vacuna.
Un cordial saludo,
Laura
11 noviembre, 2016
A gente como tu hay que hacerlas un monumento. Ha ver si toda esta banda de inutiles politicos que tenemos, dedican los recursos que no son suyos, a la investigacion que es la que hace a un pais estar en lo alto, no a mantener sus asientos a costa de todos.
Investigadores es lo que necesitamos, no politicos inutiles.