Este otoño recién estrenado es un tiempo de una actividad intensa en las labores agrícolas. De un lado porque nos encontramos en plena campaña de arranque de los cultivos de hortalizas que tienen mucha importancia en la comarca de Cuéllar, sobre todo en toda la zona de El Carracillo, en donde en estas fechas la actividad se multiplica en todas las fincas para la recogida de la zanahoria, puerro, cebollas y las patatas que aún quedan por sacar.
Pero ademas, hay que añadir el arranque de la campaña de la remolacha, que ha comenzado esta misma semana y las labores de arada y preparación del suelo para la siembra, que ya han comenzado por parte de los agricultores cerealistas. Y otra tarea añadida, la del abonado de las fincas, una labor esta que no deben estar reñidas con unas buenas prácticas agrarias, que son fundamentales para realizar una agricultura sostenible.
Quiere esto decir que, si dejamos al margen la siembra directa, que supone un aporte natural de nutrientes al terreno, a la hora de abonar el suelo con los residuos de las granjas de porcino, que es muy común en la agricultura de nuestra zona, se debe realizar con la aportación adecuada y de una forma correcta. Y por tanto, habría que aparcar imágenes como las que se suelen ver en estas fechas en algunas fincas, en las que es mas que visible una aportación excesiva de este tipo de residuos.
Y por ello cada días es mas importante la práctica de una agricultura consciente, porque una aportación de nitratos superior a lo establecido, desertiza los suelos y puede suponer un riesgo para la salud, ya que los nitratos, con las lluvias, son absorbidos por el terreno y llegan a las aguas subterráneas. De ahí, la importancia de realizar unas labores agrícolas que sean respetuosas con nuestro entorno o lo que es lo mismo practicar una agricultura sostenible, que si bien necesita la aportación de fertilizantes a los suelos, permita también garantizar una conservación mas adecuada de nuestro medio ambiente.
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