Mas de 800 personas han desafiado el tremendo calor para disfrutar esta jornada de domingo de la ya tradicional cita con la paella popular del barrio de San Gil, de Cuéllar, que se ha convertido ya en una cita obligada en el calendario festivo de la localidad. Todos y cada uno de ellos han esperado pacientemente a que llegarán casi las tres de la tarde para ponerse a la cola, y disfrutar de una monumental paella, buscando desesperadamente una sombra protectora, aunque en este populoso barrio, los rincones con sombra son muy escasos.
La espera fue amenizada por la Charanga Noche y Día, pero la cosa no animaba a bailar, y por ello tiene un enorme valor el esfuerzo de la asociación de vecinos del barrio para conseguir reunir a casi un millar de personas en torno a una mesa para compartir de forma comunitaria un plato de paella. Y solo desde ese sentimiento de Comunidad, de barrio, se puede entender que esta fiesta tenga tanto tirón popular. El termómetro marcaba a esa hora mas de 33ºC. Hacía falta valor. Mucho valor.
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