El encierro de Arcadio Albarrán ha sido un encierro de los de antes. Un encierro con muchas complicaciones en el pinar, ya que uno de los toros se ha escapado desde el inicio del recorrido y ha tenido que ser anestesiado, y el resto ha sido muy difícil de controlar por parte de los caballistas, que con mucho trabajo han conseguido llegar al paso del Cerquilla y tras varios intentos han conseguido que cruzaran 3 toros, mientras que los otros dos ha sido imposible y han tenido que ser anestesiados.
Así las cosas, la mitad del encierro de Albarran ha llegado a la zona del embudo sueltos, (10.50 horas) y mientras uno ha entrado en las calles otro ha embestido contra el vallado, ha roto las talanqueras y ha tenido bajo los pitones y el vallado a una espectadora mientras un hombre se sujetaba como podía entre los palos, hasta que finalmente un caballista ha encelado el toro y ha salvado la situación de peligro. Y tras estos instantes de incertidumbre se ha conseguido encerrar el segundo de los toros, y meter este último en las calles, donde los tres toros han llegado a base de arreones hasta la plaza de toros.
En definitiva el segundo de los encierros ha sido muy complicado, y viene a demostrar que cuando los toros están encastados el resultado es lo que hemos vivido, un encierro muy difícil y con peligro. La pregunta que surge es si se puede controlar solo con 20 caballistas. Por las calles, no se puede hablar de encierro porque las reses han llegado reventadas a la plaza de toros, y en el capítulo de heridos los de Albarran han causado dos heridos leves por asta de toro. Uno de ellos un joven de Sanchonuño, con una herida en la axila izquierda con desgarro muscular de 6 cm. El resto han sido contusiones, incluida la caida de un caballista cuellarano en el pinar
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