Foto: Jesús Eloy García: Maureen Choi sobre el escenario en Cuéllar.
Dos mujeres dos, Nesrine Belmokh y Maureen Choi, han situado el ciclo de conciertos ATodoRitmo de Cuéllar «a lo mas alto». Y si la argelina dio una clase magistral acompañada de su cello, la norteamericana no se quedó atrás con su violín, con el que interpretó magistralmente desde temas de un claro sabor latino, hasta seguidillas y fandangos del Sur de nuestro país.
Acompañada de manera brillante al piano por Daniel García de Diego, la norteamericana brilló sobre todo en la interpretación de temas de clara inspiración en la música española. Y de manera excepcional en un bolero sublime, «Bolero del alba», en el que la norteamericana exprimió su violín hasta unos límites inimaginables.
Después de esa gran interpretación, Maureen Choi finalizó su concierto con su versión del «Capricho español» de Rimski Korsakov. Y terminó tocando el violín por «bulerías de Caí» y entre las palmas del público. Fue «un viaje de ida y vuelta» como el título de su último disco en el que la violinista estuvo acompañada además del pianista, Daniel García de Diego, por Mario Carrillo al contrabajo y el batería cubano Michael Olivera.
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