María García, celebra hoy con su familia sus cien años de vida.
Ayer mi tía María cumplió cien años. Cuando ella nació el mundo era muy diferente. Acababa de empezar la mayor guerra conocida hasta entonces, donde estaban muriendo cientos de miles de jóvenes europeos sin ningún odio previo. Simplemente les habían mandado a matarse entre ellos unos gobernantes ineptos, que acabaron en una debacle luego conocida como I Guerra Mundial. En nuestra casa, reinaba Alfonso XIII y el Conde de Romanones acababa de ser nombrado Jefe de Gobierno. España estaba enfrascada en la Guerra con Marruecos, luego llegaría la II República, la Guerra Civil y la II Guerra Mundial. Desde Cuéllar, María vivió todos estos desastres en el primer tercio de su vida. Dos guerras patrias y otras dos mundiales. Ese fue su mundo de joven y en sus primeros años de matrimonio. ¿Alguien se atreve a decir que hoy el mundo está mucho peor?
Su generación nos ha dado paso a otra que por primera vez en siglos no hemos vivido una guerra. Avance admirable. Además tenemos un país que no se parece en nada a aquel de 1914, aunque arrastremos los mismos problemas. Sin embargo hemos aprendido a entendernos dialogando, a veces gritando, pero nunca más con pistolas y trincheras de por medio. Nos falta mucho para ser un país equilibrado en su desarrollo e igualitario en la distribución de la riqueza, pero eso es una tarea para la generación siguiente.
María, como todos los de su época, nos ha trasmitido, además de unos valores duraderos, unos genes amasados en la meseta castellana que permiten sobrevivir en medio de penurias y dificultades. En cien años ha visto ya mucha crisis. Es una superviviente, ese es su legado. Es una más de los siete centenarios que hay en el Municipio de Cuéllar, según el padrón. Ninguno habrá tenido una vida fácil. Pero ahí están, prometiéndonos una vida más larga y más confortable para los que seguimos su estela. La Meseta es dura pero agradecida. Castilla León es, junto con Navarra, la comunidad con mayor esperanza de vida: 86 años para las mujeres y 81 para los hombres. Navarra es una comunidad rica, pero no es el caso de Castilla León. A los escasos euros hay que sumar el modo de vida, el tipo de hábitat, la alimentación, cuidados sanitarios…
Con estas premisas parece que tampoco nos tocará el Gordo de Navidad, pero seguiremos diciendo “habiendo salud…”
Jesús Eloy García Polo
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