La lucha de las mujeres, el feminismo o el activismo feminista, se encuentra en un momento esperanzador de avance. Lo que parecía que estaba ralentizado de unos meses a hoy tiene un resurgir importante con denuncias en los medios y declaraciones de mujeres, durante muchos años silenciadas, que se ha atrevido a dar a conocer cómo han sido degradadas, acosadas y agredidas durante décadas. Esto, unido a los últimos acontecimientos ocurridos en España y la respuesta de las mujeres y de la sociedad, me lleva a pensar que este va ser un año decisivo en la lucha por los derechos , reivindicaciones y visibilización de las situaciones vividas y sufridas por las mujeres en el día a día.
Qué me lleva a ser más optimista en este tema:
* Por un lado “la cantera” de mujeres jóvenes que se han incorporado y se están incorporando a estas reivindicaciones, mujeres jóvenes y muy jóvenes que van a aportar un dinamismo necesario, unas iniciativas frescas y renovadas en un momento muy importante que nos lleva a pensar a las más maduras que hacía falta este relevo generacional. Que es fundamental que dejemos espacio (sin alejarnos demasiado) a este colectivo de mujeres para que sean ellas las que lideren los movimientos, entidades, organizaciones de mujeres, ya que han demostrado suficientemente que estan dispuestas a luchar por los cambios que necesita nuestra sociedad para conseguir la igualdad real que nos hace falta.
* Otro aspecto es la incorporación cada vez más numerosa de hombres apoyando las reivindicaciones que hacemos las mujeres. Que satisfacción da ver en los actos del 8 de marzo, en las concentraciones contra la sentencia de “la manada” y en otro tipo de actos, un número cada vez más importantes y numeroso de hombres; hombres que se han dado cuenta que en su familia hay mujeres, en su parejas hay mujeres, entre sus amigos hay mujeres, hay mujeres en su entorno laboral…. Hombres que analizan que ellos pueden salir de noche y volver a la hora que sea y no siente miedo por ello, ni sentirse cuestionado, que pueden participar en fiestas, utilizar medios de trasporte públicos sin que se sientan intimidados, acosados. En definitiva hombres que les gustaría que las mujeres puedan vivir sin miedo, sin sentirse discriminadas ni acosadas y sin riesgo a perder su vida solo por el hecho de ser mujeres.
* Además son cada vez más las mujeres que se atreven a denunciar este tipo de situaciones que viven día a día, será porque se sienten más apoyadas, más visibles, más empoderadas. Ojalá.
No está mal que veamos también aspectos positivos tras las movilizaciones para denunciar las situaciones tan dramáticas que ha costado la vida de tantas mujeres invisibles, olvidadas.
Sigamos sensibilizando, concienciando y poniendo nuestro granito de arena para promover los cambios necesarios que esta sociedad necesita. Siendo conscientes de que todo lo que hagamos hoy por la igualdad, por educar en igualdad, tiene el objetivo de lograr una sociedad libre de violencia.
Maite Fuentetaja de Andrés
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