Los vecinos de la localidad de Lastras de Cuéllar, pasan esta Navidad sin agua potable en sus grifos, y llevan así desde el pasado 9 de Septiembre, cuando los servicios de Sanidad declaraban el agua no apta para el consumo por el elevado nivel de arsénico del abastecimiento de agua. Desde esa fecha, han pasado mas de 3 meses y medio, y el nivel de contaminación, aunque ha bajado, sigue estando por encima de los límites permitidos para el consumo.
Es por ello, que los vecinos de esta población continúan teniendo que hacer frente a la compra semanal de agua embotellada, que compran a un precio de 5 céntimos, gracias a la subvención que reciben los residentes en el municipio. Todo ello a la espera de que la situación se normalice y puedan volver a poder usar el agua de los grifos.
Una situación que parece que va para largo, porque la solución del problema pasa, según los informes encargados por el ayuntamiento, por la construcción de una planta potabilizadora de agua, un proyecto para el que el ayuntamiento, hoy por hoy, no cuenta con recursos suficientes y que espera poder afrontar con recursos de otras administraciones ( Diputación y Junta de CyL).
Mientras, los 410 vecinos de Lastras afrontan estas fechas con la incertidumbre de cuando van a tener agua potable en sus grifos, y esperando que la solución a este problema, no se prolongue tanto como ha ocurrido en el caso de otras poblaciones como Sanchonuño, Pinarejos o Navalmanzano, que no lo han solucionado hasta la puesta en marcha desde el año 2013 de la Estación de Tratamiento de Agua Potable de Cuéllar, que abastece desde esa fecha a 16 localidades de la comarca.
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