La lluvia no ha faltado a su anunciada cita, y ha deslucido el acto central de la celebración del Día de la Provincia en Cuéllar, el acto entrega de la Declaración Internacional de Interés Turístico de los encierros de Cuéllar. Un acto que ha sido necesariamente breve por la aparición de la lluvia, en el que la Presidenta de las Cortes regionales, Silvia Clemente, ha puesto especial acento en la relevancia de los encierros de Cuéllar y la importancia de «preservar ese tesoro» como esencia de nuestro patrimonio cultural.
Y como no podía ser de otra manera, Clemente, ha hecho hincapié en la celebración del Día de la Provincia en el segovianismo y ha afirmado «me siento orgullosa de ser segoviana». En ese mismo sentido se ha expresado el presidente de la Diputación, Francisco Vázquez, que ha resaltado la importancia de nuestra identidad cultural, y ha terminado sus palabras con un ¡Viva Cuéllar! y ¡Viva Segovia!, justo en el momento en que comenzaba a llover.
Antes, el alcalde de Cuéllar, Jesús García, ha recordado la efémerides de la celebración del Día de la Provincia en el año 1961, y la importancia de esa celebración, y ha tenido unas palabras de recuerdo para la entonces reina de las fiestas, Angelines Manzanares, que ha asistido al acto y a la inauguración previa de la exposición que recuerda en imágenes ese día tan señalado en la historia de la villa. La exposición se puede visitar en el patio del ayuntamiento de Cuéllar.
La presidenta de las Cortes con el almuerzo.
La lluvia hizo que se suspendiera la actuación del Grupo de Danzas Villa de Cuéllar, pero si respetó el pasacalles de la banda de música, y de la Escuela de Dulzaina, Cecilio de Benito. Un pasacalles, a los sones de la dulzaina y el tamboril, con gigantes y cabezudos, y una comitiva que integraban, la presidenta de las Cortes, y las Corporaciones local y provincial, así como, alcaldes de la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar. Todos han acudido a esta fiesta de la provincia, hasta la Subdelegada de Gobierno, Pilar Sanz. No faltaba nadie a la cita, como decía una señora a mi lado, estaba hasta el gordo de la televisión.
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