Los vecinos de Montemayor de Pililla terminaron las fiestas de la Exaltación de La Santa Cruz «como es costumbre» con la suelta de los toros y vacas de la función por las calles y con un almuerzo popular, a base de huevos fritos y picadillo, que reunió a la práctica totalidad de los vecinos del pueblo en la plaza Mayor de la localidad.
Las fiestas de Montemayor, que estrenaron el pasado año la declaración de Bien de Interés Cultural de su función, terminaban de esta manera con un neto sabor popular, como eje fundamental de esta fiesta que conserva en sus festejos taurinos populares y su «plaza de toros de La Empalizada» todo el sabor y la esencia de la tradición.
Y cuando los festejos taurinos populares están siendo denostados desde distintos ámbitos, es bueno y reconfortante comprobar cómo viven la fiesta los vecinos de esta localidad, donde hombres y mujeres se echan a la calle para estar cerca del toro sin distinción. Abren la posibilidad de buscar refugio del toro en las puertas de sus casas, (salvo alguna excepción), y entre idas y venidas de los toros disfrutar de una caña y pincho de tortilla, y a la hora del vermut la visita obligada a La Martina y «El americano» en su plaza Mayor.
P.D. Eché de menos al Rubio.
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