A pesar de todo, progresamos
Todavía es posible ver estas imágenes en Cuéllar o muy cerca del casco urbano. Siempre me pregunto cuando veo esta escena, que parece un decorado para una peli del S. XIX, ¿todavía queda gente así?
Tenemos contenedores de todo tipo por todas las calles, tenemos escombrera, tenemos Punto Limpio, anteriormente tuvimos recogida municipal de enseres. ¿Por qué aparecen entonces nuestras mierdas por cualquier lado? Parece que las cosas que “habemos de uso e costumbre” tardan bastante tiempo en cambiarse.
En el fondo, la mentalidad de quien deja sus trastos viejos en el Monte Torres es la misma que he visto en los alumnos que tiran las bolsas de Cheetos en el patio porque “para eso están las señoras de la limpieza”. Es la misma de quienes estas fiestas tiraban por la calle los vasos de cerveza de plástico al grito de “que lo limpien los del Ayuntamiento”, cuando había contenedores por todos los lados. La misma de un vecino que casi cada día deja un paquete de Malboro arrugado en medio de la calle. La misma de los que dejan dos bolsas de basura en un camino del pinar, pensando que pasará por allí el camión de la basura. Es la misma de quienes dejan las cajas de cartón o botellas al lado de los contenedores, porque no tienen tiempo para meterlas o para buscar otro que no esté lleno.
Todavía somos así. Por lo visto se tarda mucho tiempo en cambiar estos hábitos que nos devuelven al siglo XIX. Pero son estos hábitos los que hacen comunidad y convivencia Esto da calidad de vida y sube la autoestima de un pueblo. Esto es cultura y como tal va despacio. Sin embargo, aunque no lo parezca, progresamos y nuestras calles están bastante más limpias y acogedoras que hace 30 años. Hemos cambiado, despacio pero vamos cambiando, a pesar de energúmenos como éstos. A pesar de todo, progresamos.
Opinión: Jesús Eloy García Polo
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