Al saxofón
Antonio Lizana trajo hasta Cuéllar los aires del Atlántico, de Cadiz, y lo hizo de la mano de su saxofón… por alegrías, tanguillos y bulerías, en una fusión mas que perfecta entre los sonidos del jazz y el mas puro sentimiento del flamenco. El de San Fernando es un músico de talento que destila arte por los cuatro costados, y que igual se retuerce exprimiendo su saxofón al límite sobre el escenario, que rompe a cantar y lo hace con la mas genuina pureza de los flamencos.
Así encandiló al público desde el inicio de su concierto en Cuéllar. De tal manera que la gente se arrancó por palmas, acompañando al cantante gaditano cantando por alegrías, cantando a Caí y a su bahía, que parece que estábamos en un rincón de la bahía gaditana. Pero no estábamos en Cuéllar, y aunque en el exterior la temperatura era gélida, en la sala que lleva el nombre de Alfonsa de la Torre subió la temperatura con la pureza de la voz de Lizana y al compás de la guitarra de José Manuel León, otro genio de Algeciras.
Después de las alegrías se arrancó Antonio Lizana por soleares cantando una soleá a Paco de Lucía.. con mucho sentimiento. Cantó también a su madre «Mare Mía», y después de escucharle solo cabe exclamar ¡madre mía! como se puede expresar tanta belleza. Y terminó el concierto como empezó, con los aires del Atlántico…cantando por bulerías y con el público totalmente entregado. Y con la ilusión de volverte a ver a tu regreso de Manhattan. Vuelve pronto Antonio.
Imagenes y vídeo: Jesús Eloy García Polo
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