El arquitecto segoviano, Pablo Rubio Gimeno, presentó este fin de semana en el centro cultural de las Tenerías. de Cuéllar su trabajo sobre Los Artesonados Mudéjares del Carracillo, de la mano de Julia Montalvillo, de la Fundación del Archivo Ducal de Alburquerque.
En primer lugar trazó un marco general del mudéjar en la historia y en la geografía española para pasar después a ofrecer unos trazos descriptivos sobre los artesonados, cómo se construyen, cómo evolucionan y qué variantes muestran a lo largo de la geografía.
Habló igualmente de la organización gremial de los carpinteros, de la transmisión de conocimientos de padres a hijos, sin textos escritos hasta el siglo XVII. Describió las herramientas empleadas, las medidas, la vara castellana de 83 cms., que es equivalente a 3 pies o 4 palmos, medidas a las que se ajustan todos los ejemplos estudiados.
A continuación entró en el detalle de los cuatro artesonados Mudéjares de la zona. El de Campo de Cuéllar, datado en el siglo XVI, como el de la Ermita de San Marcos de Narros, mientras que los ejemplos de Gomezserracín y Chatún podrían ser más tardíos, del S. XVII, según se puede deducir de los motivos decorativos.
Rubio Gimeno señaló que la obra de Campo de Cuéllar es la más compleja y mejor restaurada, con gran complejidad en los lazos y riqueza decorativa en sus frisos. Del artesonado de Chatún destacó su trazado alargado. Y sobre el menos conocido, el de la Ermita de Narros, destacó su compleja estrella central de 16 puntas en madera cruda, sin pintura, y apuntó la necesidad de restauración, como el de Gomezserracín.
Finalmente señaló, que estos artesonados fueron obra probablemente de talleres artesanales cuellaranos, y la necesidad de seguir investigando para situar en el tiempo la importancia de estas obras de arte en medio del mundo rural renacentista o del barroco.
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