El coordinador de la Unión de Campesinos, Juan Manuel Palomares, en rueda de prensa.
La marcha de Silvia Clemente ha comenzado a suscitar las primeras reacciones en el sector agrario, y una organización que ha sido siempre muy crítica con la gestión de la hasta hoy Consejera de Agricultura ha sido la Unión de Campesinos, que considera que la política de Clemente, como responsable de agricultura ha estado marcada por «una gestión personalista» y destinada mas a favorecer a un sector, el de la industria y no a los verdaderos profesionales del sector, los agricultores y ganaderos.
Clemente se va, según la Unión, sin desarrollar la Ley Agraria, de la que tan solo se ha desarrollado una pequeña parte y ha dejado colgado entre otros aspectos una cuestión tan importante como la representatividad en el campo, por la desaparición del papel que representaban las Cámaras Agrarias dentro del sector. Con la desaparición de las Cámaras. según Juan Manuel Palomares, coordinador provincial de la Unión de Campesinos, «no hay ningún órgano ni mesa de diálogo entre la Administración y las organizaciones profesionales agrarias».
Palomares considera que la gestión de la segoviana ha estado marcada por los recortes en el sector (de las ayudas a la remolacha, seguros agrarios etc.) y deja sin resolver las ayudas al Desarrollo Rural, así como, el pago de muchas expedientes de ayudas aprobadas que están pendientes de resolución. Una cuestión en la que esta organización ha mantenido un choque frontal con la Consejera que ahora se despide, ya que la consideran responsable de «uno de los planes de Desarrollo Rural mas nefastos desde la puesta en marcha de la Política Agraria Comunitaria». Mientras señalan la gestión del ITACYL «ha sido un cajón de sastre sin ningún tipo de control».
La Consejera en su visita la planta de UVESA en Cuéllar.
Y por último, consideran que su gestión ha estado marcada por una política de marketing personal y de recursos destinados a la promoción de «su marca Tierra de Sabor» y por su apoyo descarado al sector de la industria agroalimentaria, dejando de lado los intereses de los agricultores y ganaderos. Y como muestra de ello están las cifras de los muchos profesionales que han abandonado el sector con Clemente al frente de la agricultura regional.
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