Editado Por Opinion en Feb 10, 2016

Iniciamos una nueva andadura en cuellar7.com en la que bajo el título «Desde el Mar de Pinares«, Jesús Eloy García Polo pretende ofrecer un punto de vista de temas locales y generales, desde la España rural e interior.

Con la expresión América profunda se hace referencia al territorio y a la población de los estados del medio oeste americano. Se les llama también los “redneck”, los de cuello rojo, típicos agricultores y trabajadores varios tostados al sol en estados agrícolas, conservadores y republicanos. Interpretan la vida con el rifle en una mano y la biblia en la otra. Inmunes a cualquier pensamiento progresista, desconfían de los intelectuales y de los que leen otros libros. Continúa siendo un tópico su incultura y su desinterés por el resto del mundo.

Cuando miro el panorama de la Castilla que yo conozco no es difícil trasladar esta mentalidad a las tierras que baña el Duero. Son tierras de gente muy conservadora, donde los partidos de la derecha siempre han recogido los votos y los frutos sin ninguna preocupación por aportar desarrollo económico o progreso social y cultural. Trabajan sobre terreno abonado por una Iglesia muy tradicional y por unos valores conservadores.

Así lo vimos en las últimas elecciones, a pesar de que la población de Castilla y León es la más machacada por la crisis: pensionistas, pequeños agricultores, autónomos, pequeño comercio, universitarios que emigran, jóvenes parados o con empleos precarios… Por si fuera poco, la corrupción también hizo presencia en Segovia, de la mano de Gomez de la Serna (aunque tenemos a Jesús Merino en el banco de la Gürtel). Aun así el Partido Popular llegó casi al 40% de los votos en Castilla y León y en Segovia salió elegido el diputado corrupto. ¿Qué explicación puede tener?

Es la Castilla profunda, tradicional, “católica a machamartillo” y recelosa de cualquier cambio. Vive apegada a los valores “de siempre”. En palabras de Rajoy, una sociedad “como Dios manda”. El voto en la política no es un acto para decidir, sino una afirmación de lo que siempre ha sido y será. Es más una creencia que una reflexión racional. Y contra las creencias no hay ningún razonamiento posible. Se vota por fe, porque en política como en las cuestiones de la fe, tampoco piden que se vean los resultados. Se vota no solo contra el desarrollo, sino contra todo tipo de pensamiento que pueda cambiar la realidad. Es la desconfianza en un futuro diferente y la desconfianza total en quien predique cualquier cambio para mejorar este presente. Las cosas son y serán como han sido siempre, al igual que el sol sale cada día…

Machado lo escribió más claro: “Esa España inferior que ora y bosteza/ vieja y tahúr, zaragatera y triste/ esa España inferior que ora y embiste/ cuando se digna usar de la cabeza.”

El mundo ahora es más complejo. Es un mundo inseguro, fluido, peligroso…donde nadie ofrece tablas para agarrarse. Todo cambia, ya no existen los valores de antes… Ante ello, los americanos se aferran a la biblia y al fusil. Los castellanos nos aferramos a las mismas creencias conservadoras, a ritos y procesiones, y a tradiciones taurinas, salvajes o “civilizadas”. Los valores tradicionales, en los que se basan los partidos conservadores, ofrecen algo de seguridad y de firmeza en un mundo de cambios convulsos. La religión, la familia, la autoridad, los ritos y rituales tradicionales, la sagrada división social… son el muro para sujetarse en un mundo lleno de conflictos, de contradicciones, de divisiones, de pequeñas revoluciones sociales y grandes revoluciones tecnológicas.

Ante este panorama, cada vez parece más claro que el Partido Popular no hace nada por contener ni la emigración de jóvenes, ni la caída demográfica, porque electoralmente le favorece mucho un censo tan envejecido.

También hay que añadir al cóctel de explicaciones la apatía y la incapacidad de los responsables del PSOE por cambiar la situación. Conviene recordar que Castilla y León tuvo un gobierno socialista. Para demostrar que nada es imposible tenemos al lado el ejemplo de Viloria del Henar, con alcalde de Izquierda Unida desde hace cinco legislaturas. Son tan castellanos, tan tradicionales y tan devotos de la Virgen del Henar como todos los demás. ¿Qué ha ocurrido entonces?

Desde el Mar de Pinares: Jesús Eloy García Polo