Dicen…que dice un proverbio chino que, cuando el dedo señala las estrellas, los necios se quedan mirando al dedo…
En un mismo día nos han colocado tres elecciones bastante diferentes y con consecuencias de diferente calado.
Por un lado nos ofrecen la opción de cambiar el tresillo de sitio en nuestro salón. Por otro lado, también nos presentan la posibilidad de pintar todo el piso en gris o en tonos cálidos. Pero hay otra opción lejana, la mas importante y de la que apenas se habla, que es sobre la propiedad de nuestro casa, si seguiremos siendo propietarios, habrá hipoteca o serán otros los que tomen esas decisiones. Mientras nosotros nos quedamos mirando al dedo, eligiendo el color del tresillo, otros están decidiendo la propiedad de toda nuestra vivienda y de nuestras vidas. Todo el ruido está centrado en las Elecciones Municipales, pero las realmente decisivas son las Elecciones Europeas. Hay un futuro cercano que se concreta en mañana, otro en pasado mañana…, pero si miramos a largo plazo estamos unidos al futuro de Europa. Todo lo que no vaya en ese camino es demagogia de político oportunista.
Durante los años de la Gran Crisis hemos visto la importancia de las decisiones de los líderes europeos. Francia y Alemania nos han machacado sin piedad a los países del sur que ellos despectivamente llamaban PIGS (cerdos). Demasiado tarde han reconocido que se equivocaron tremendamente en el tema de Grecia, mucho con Portugal y bastante con España. Pero en su día no tuvimos ninguna voz que nos defendiera. Solo escuchamos “ la voz de su amo” por boca, primero de Zapatero y luego de Rajoy: “ esto es lo que nos piden desde Bruselas”. La Europa que decimos que no sirve para nada, primero nos engordó para la matanza con créditos baratos y luego nos sacrificó y repartió nuestros despojos entre bancos, inversores sin escrúpulos y fondos buitre. Esas decisiones de los líderes europeos cambiaron mucho nuestras vidas y sobre todo cambiaron radicalmente las vidas de nuestros hijos.
Ahora solo vemos esa gran fachada neoliberal del gran edificio que es la Unión Europea. Los grandes bancos y mercaderes se han apoderado de la idea de Europa para defender sus propios intereses. Apenas hubo contestación en el Parlamento europeo, que ya sabemos que no puede tomar decisiones. Pero es el momento de reclamar la otra Europa y recordar los valores que prevalecieron en los fundadores del viejo Mercado Común.
Pertenezco a la primera generación, en muchos siglos, que no ha vivido una guerra, que no ha sufrido hambrunas generalizadas, que ha vivido siempre mejor que sus padres, con mejor educación, sanidad y esperanzas de progreso. Todo eso significa la idea de Europa. Está por encima de los nacionalismos provincianos del siglo XIX, por encima de las guerras de religión, de etnias y de culturas. La Unión Europea es el mayor logro del siglo XX porque nunca más volverán a matarse un joven alemán y otro francés o un británico y un español. Ahora coinciden en un Erasmus y disfrutan hablando y tomando unas cervezas. Ése es el triunfo de la Unión Europea. También hay corrupción, burocracia, políticas injustas, decisiones equivocadas, dinero malgastado…Pero hay Elecciones cada cinco años. El oscuro poder que domina la U.E. está bastante interesado en que pasen desapercibidas, que no las veamos interesantes y que el porcentaje de votantes sea el mínimo para justificar su carácter democrático. Ese poder seguirá entonces controlando los resortes económicos de la U. E. como lo ha hecho durante todos los años de la crisis.
Uno de los objetivos de la existencia de la Unión es la convergencia y el acercamiento de los países ricos del norte y los más pobres del sur. Pues bien, durante la crisis se ha incrementado esa distancia. Nosotros somos más pobres o mucho más pobres, como Grecia, y ellos son más ricos. Pero eso no justifica que la UE no funcione y que debamos volver a nuestras naciones, grandes y libres. Ahora ya sabemos que detrás de los partidos populistas, nacionalistas, euroescépticos o probrexit se esconden Putin, Trump, Irán o China, de la mano de Facebook y otros engendros.
Cada país europeo, por nuestra cuenta, no somos nada en un mundo globalizado. En cambio la idea de Europa representa los valores de la cultura, la democracia representativa, los derechos humanos y las nuevas reclamaciones de los jóvenes sobre medio ambiente para que este planeta continúe siendo habitable. Todos estos valores estorban mucho a los poderosos de los otros rincones del mundo.
Es algo muy concreto votar sobre el lugar del tresillo en nuestro salón. Parece muy abstracto votar sobre los oscuros poderes que controlarán la propiedad de nuestra casa. Por eso es muy difícil encandilarse con las Elecciones Europeas. Por eso nos quedamos mirando al dedo, cuando el tiempo electoral está señalando la luna.
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