Los hijos de mis amigos están en Boston, Seattle, Dakar, Dublín, París, Estocolmo, Kuala Lumpur o en Melbourne, Brisbane y Cairns, en Australia. Debe ser la consecuencia de la tópica frase de que las crisis ofrecen grandes posibilidades para los emprendedores. Algo parecido sucedió en Cuéllar el siglo XVI cuando, tras la crisis de la Mesta, la caída de la riqueza derivada de la lana y la falta de perspectivas de futuro, los cuellaranos más aguerridos, valientes y preparados se embarcaron para América, buscando lo que su tierra no les ofrecía.
Entonces Cuéllar entró en una decadencia que se prolongó casi dos siglos. Así como la Edad Media fue fecunda en construcciones, de la época renacentista y primer barroco apenas nos queda algún palacio o casona solariega. La población decreció y solo en el siglo XVIII volvió a remontar la economía de la mano de las reformas borbónicas. Los tiempos son diferentes, pero la historia enseña lecciones que conviene tener presentes. La crisis actual no se manifiesta igual en todas las regiones, ciudades y pueblos del mapa. Depende de la actitud de ciudadanos y gobernantes. La pasividad y la incapacidad para buscar nuevas perspectivas son el peor antídoto.
En Cuéllar, en los últimos diez años hemos organizado noventa Encierros y más de cien procesiones, pero no hemos creado ni un solo metro cuadrado de suelo industrial. Parece que nuestras prioridades están bastante claras. Al igual que la ministra Báñez confió la solución del paro a la Virgen del Rocío, parece que nosotros se la confiamos a la Virgen del Henar. Como en el viejo chiste de la lotería, la Virgen dirá: “Yo os apoyo, pero preparad algo de suelo, al menos”.
En estos pueblos, como en toda la Tierra de Pinares, hemos dado por finalizada “la era del mueble”, que durante décadas ha constituido una fuente de riqueza y de puestos de trabajo poco cualificados. Hay que inventar el futuro desde aquí, porque nadie va a venir con soluciones maravillosas. ¿Se preocupan, por ejemplo, desde la Diputación en buscar nuevas líneas de desarrollo para la provincia? ¿Hay grupos de estudio en la Universidad que analicen nuevas posibilidades? ¿Ofrecen los partidos de izquierda alternativas viables para nuevos yacimientos de empleo? (Ya he dicho que el PP se ve favorecido electoralmente por esta situación).
Se va a necesitar la ayuda de los que se han marchado, porque cualquier tipo de estrategia de creación de puestos de trabajo exige conocimiento, innovación y tecnología, que es precisamente lo que nos pueden ofrecer nuestros titulados que están trabajando más allá del Valle del Duero. ¿Alguien se ha planteado hablar con los que están fuera y querrían volver, para buscar posibles salidas a la crisis? ¿Alguien ha hablado, sobre el mismo tema, con los que han puesto en pie las empresas de la zona que están creciendo, produciendo y exportando?
Los Programas Proder y Leader hacen un buen papel pero están limitados por su escasa financiación. Escuchar que se ha programado un curso de Inglés para hosteleros es algo que anima un poco. El turismo puede crecer si se organiza mejor. No será la solución total, como tampoco lo serán las empresas hortofrutícolas. Pero suman puestos de trabajo a una economía que tiene que estar más diversificada y con empleos de mayor cualificación. Cuando se habla de inversión en Educación para superar la crisis podemos levantar la mano orgullosos porque eso es precisamente en lo que hemos invertido. Nuestros hijos están preparados. ¿Qué falta entonces? ¿Quién debe dar el primer empujón?
Podemos volver la mirada a la historia y parafrasear con el anónimo juglar medieval: “!Dios, qué buenos vassallos, si oviesse buen señor…!”(Verso 20 del Cantar de Mío Cid).
Desde el Mar de Pinares: Jesús Eloy García Polo
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