El entierro de la sardina cambió este año de escenario, y quizás por esta circunstancia hubo menos público del habitual en la despedida del carnaval de Cuéllar en los paseos de San Francisco, para llevar a cabo la quema de la sardina, que como viene siendo tradicional organiza el centro de las personas mayores de la localidad.
Eso si hubo algunas personas que se animaron y vistieron de luto riguroso, con tristeza porque se acabó el carnaval, y como manda la tradición a continuación llevar a cano la quema de la sardina, acompañados de los sones de la dulzaina y el tamboril, que la dulzaina no falta a la hora de cumplir con las tradiciones.
Y mientras una gran sardina se quemaba en la lumbre, el personal se entregó a la degustación de sardinas posterior, que tuvo lugar a las puertas de la antigua iglesia de San Francisco, para de esta forma decir adíos al Carnaval y dar comienzo al tiempo de Cuaresma, que es tiempo de mudanza, que corrió a cargo de los dulzaineros Los Guti.
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