Curso del Cega a su paso por Lastras de Cuéllar el pasado mes de Noviembre.
La situación de la cuenca del Cega deberá someterse a examen en 2018, ya que sobre la misma planean dos proyectos, el del futuro embalse de Lastras de Cuéllar, y la modificación de la concesión de agua solicitada por la Comunidad de Regantes del Carracillo. Dos proyectos que deberán pasar por el necesario estudio de impacto medioambiental ya que afectan a espacios protegidos.
En este sentido, el balance del año hidrológico actual nos deja datos ciertamente preocupantes en este año 2017 como consecuencia de la sequía. Según los datos de la Confederación Hidrográfica del Duero, la cuenca del Cega ha registrado un caudal medio mínimo de 0,07 m3/seg y máximo de 0,25 m3/seg. Y en cuanto al nivel del agua se ha registrado un nivel medio mínimo de 7 cm, por un máximo de 14 cm.
Estos datos coinciden además con los que se registran esta jornada en la estación de medición de Lastras de Cuéllar tras las últimas lluvias. Y con estos datos sobre la mesa estaríamos hablando de unos mínimos que se pueden calificar de históricos en la cuenca del Cega, una cuenca sobre la que planea otro proyecto a futuro, como es el del embalse de Lastras de Cuéllar.
Este anteproyecto ha sido adjudicado a la empresa INCISA, Ingeniería Civil Internacional S.A. por un importe de 418.167,52 euros, y verá la luz en 2018. Y como es el caso de la modificación de la concesión de aguas del Cega, también está rodeado de polémica porque esta infraestructura pretende regular las aportaciones de agua de la cuenca del Cega mediante la construcción del embalse, con una capacidad estimada de 44 hectómetros cúbicos (hm3 ),
29 diciembre, 2017
Necesitamos de manera urgente una profunda reflexión sobre la situación del agua, y la gestión que necesitamos para este bien común, en un escenario de cambio climático. La construcción de una presa, la ampliación de una concesión de aguas crean unas expectativas entre los posibles destinarios que la cruda realidad nos viene a desmentir. En la gestión del agua arrastramos una equivocada dinámica de oferta continua, utilizando el agua únicamente como recurso productivo para nuestras actividades. La apetencia, que no necesidad, del agua economía no tiene límites de satisfacción posible. Esto nos ha llevado a la situación de quiebra actual, donde en las últimas décadas estamos extrayendo ampliamente el volumen de renovación del acuífero, de ahí la enorme sobreexplotación que tenemos. Pero además el abuso en la utilización de agrotóxicos y purines está contaminando nuestra agua para muchos años.
Seamos prudentes y humildes, cuidemos los ecositemas acuáticos, porque son los únicos que nos pueden proveer del bien más preciado y necesario para la vida. Con la reducción del consumo y la corrección de la contaminación, tendremos mucho ganado.Si vivimos hipotecamos con el agua, no podemos huir hacia delante, hasta estrujar la última gota, como si la vida acabara en nosotros. Debemos ser responsables y vivir pensando que todo cuanto nos rodea es un prestamo de nuestros hijos.