Artículo de colaboración de Pablo Quevedo
Su labor de entrega hacia los más débiles fue reconocida con el premio Paul Harris, además de ser considerado toda una institución en la ciudad burgalesa
Toda una vida dedicada de manera altruista a la ayuda a los más necesitados, a los que carecen de lo mínimo para vivir dignamente, a las familias a las que la crisis ha golpeado de manera más dura. Estas son las directrices que han guiado el camino del cuellarano Pedro de Benito Polo durante más de 40 años, en las que invirtió el tiempo libre que le dejaba su trabajo en banca y en las que emplea dedicación exclusiva desde su jubilación.
Desde 1995, Pedro de Benito ha sido presidente de la asamblea local de Cruz Roja en la localidad burgalesa de Aranda de Duero, cargo que dejaba el pasado mes de septiembre para dar paso a savia nueva, si bien seguirá como vicepresidente de la institución por petición expresa del nuevo máximo responsable.
Pedro de Benito Polo nació hace 74 años en Cuéllar. A los 24 años se trasladó a Aranda de Duero para trabajar en Banesto, donde sigue residiendo con su esposa, Henar Lázaro, y donde tuvo tres hijos, Ana, Marcos y Alberto. A pesar del tiempo que lleva fuera de Cuéllar, son numerosas las ocasiones a lo largo del año que regresa a su villa natal para visitar a su familia y a los muchos amigos que le aprecian.
Sin embargo, pocos son los cuellaranos que conocen la destacada labor que Pedro de Benito ha desarrollado durante todos estos años en Aranda de Duero en el campo del voluntariado y de la ayuda a los más débiles. Pedro de Benito entra en Cruz Roja como voluntario en el año 1979. Cuando en 1995 asume la Presidencia, dedica todos sus esfuerzos a potenciar los proyectos y servicios de la asamblea local. Empieza con el Plan de Socorros y Emergencias que presta Cruz Roja en la capital de la ribera del Duero y consigue una ambulancia más financiada con fondos privados y públicos tras llamar a las puertas de empresas e instituciones. Esto le permite también aumentar los servicios preventivos de Cruz Roja en las numerosas actividades deportivas, culturales y sociales que tienen lugar habitualmente en esta localidad burgalesa.
Fue uno de los impulsores de la implantación del servicio de ayuda a domicilio para personas mayores y discapacitadas, proyecto que obtuvo una gran demanda en toda la comarca arandina. Y en el año 2000, Pedro de Benito firma un convenio con el Ministerio de Educación para el transporte escolar de menores con problemas de movilidad y discapacidad tanto física como psíquica, para lo cual Cruz Roja de Aranda de Duero adquiere un autobús de transporte adaptado. Con la Gerencia Territorial de la Seguridad Social rubrica otro acuerdo con el fin de regentar un centro de día para personas mayores y asume el transporte diario de estas personas con el autobús adaptado.
Otro de los asuntos en los que Pedro de Benito puso máximo empeño fue el servicio de teleasistencia domiciliaria para personas de edad avanzada, con discapacidad o enfermedad, que viven solas o lo están gran parte del día. Este servicio pretende que todas estas personas tengan atención las 24 horas los 365 días del año, para lo cual se dispone de un amplio grupo de voluntarios. Posteriormente, Pedro de Benito creó los servicios de ayuda complementaria y apoyo temporal a familias con personas mayores dependientes. Esta iniciativa facilita a estas familias y personas que viven solas un apoyo social para reducir el impacto de la dependencia.
Otro de los objetivos prioritarios que han marcado el trabajo de Pedro de Benito ha sido la integración de los inmigrantes en la comarca arandina. Así, impulsó la puesta en marcha de clases de apoyo escolar y de lengua castellana en los colegios para niños inmigrantes, así como el programa de intervención social y de empleo también para personas procedentes de otros países. A la postre, estos programas se han valorado como muy necesarios y están ofreciendo unos resultados muy óptimos.
Los niños tampoco han estado al margen de la dedicación de Pedro de Benito, quien llegó a firmar un convenio con el gerente del Hospital Santos Reyes de Aranda de Duero, mediante el cual los voluntarios de Cruz Roja Juventud acuden a jugar y a acompañar a los más pequeños que están ingresados en este centro. Además, ha consolidado los programas de ayuda contra la pobreza y la exclusión social que benefician ya a más de 500 familias arandinas cada año, con la entrega de más de 57.000 kilos de productos no perecederos.
Toda esta vida de dedicación a los más desprotegidos fue reconocida en el año 2005 por el Club Rotary Internacional, al otorgarle a Pedro de Benito el prestigioso Premio Paul Harris por la efectiva y excelente labor desarrollada en beneficio de la comprensión y las relaciones de amistad entre los pueblos del mundo.
Aunque el mayor reconocimiento es el que le brindan los 13 trabajadores, 300 voluntarios y cerca de 2.000 socios de Cruz Roja de Aranda de Duero, así como toda la sociedad arandina que conoce y ensalza la entrega y el tesón de Pedro de Benito a lo largo de estos años. Con todos ellos, se muestra agradecido por el trabajo, la dedicación y el apoyo que le han prestado a él y a todas las iniciativas desarrolladas por Cruz Roja.
Pedro de Benito cedía la presidencia de Cruz Roja hace unos días a su mano derecha durante los últimos años y tras ver cumplir uno de sus sueños más ansiados, la nueva sede de la organización en la capital de la Ribera. De Benito ha sido el artífice de este centro que dispone de unas modernas instalaciones para ofrecer en las mejores condiciones el servicio que las personas más necesitadas siguen demandando.
Con valores como la solidaridad, el respeto y la dignidad por bandera, el cuellarano Pedro de Benito Polo ha dejado un listón muy alto para todos aquellos que quieran seguir la senda de la dedicación altruista a los más débiles.
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