Javier Hernando,desde Roma.
Al religioso segoviano, Javier Hernando, (Hontalbilla), le ha tocado vivir el comienzo de esta crisis sanitaria global en el sudeste asiático. El Superior General de la Orden religiosa de la Sagrada Familia llevaba mes y medio en Indonesia y Timor Leste, de visita a comunidades misioneras, cuando la pandemia comenzó a propagarse y tuvo que abandonar la zona.
Hernando ha querido compartir algo de lo vivido. En primer lugar confiesa que «las tres primeras semanas en esas tierras solo veía en las noticias los casos de coronavirus de China e Italia pero empezaron a llegar las alarmantes noticias de España hacia el 13 y 14 de marzo». Inmediatamente señala «empecé a resultar sospechoso para la gente y las aduanas por ser español».
Al mismo tiempo «me llegaban noticias de algunas zonas de Filipinas como la ciudad de Davao donde también había habido un brote fuerte de dengue. Sin embargo, señala «esto no salía en los telediarios ni en la prensa internacional. Me pregunto ¿por qué esto no es noticia? ¿No son también muertos a causa de virus incontrolados? ¿Cómo se valoran los males de unas regiones y los de otras a nivel de información? «.
Con el paso de los días por aquellas tierras, «empezaron a ser conocidos casos de virus Corona en Indonesia. En ese momento, su país vecino que es Timor Leste, tuvo una reacción de pánico porque allí no hay apenas estructuras sanitarias, (este país salió de una brutal guerra en el año 2002 donde todo quedó arrasado). Y las medidas adoptadas por el gobierno de Timor Leste fueron drásticas, cerrando el 20 de marzo su única frontera con Indonesia sin ninguna posibilidad de entrar nadie».
El confinamiento de la población es total y apunta que «el clima interno en el país es de verdadero pánico por si la enfermedad se extendiese entre la población ya que las consecuencias serían desastrosas». Debía de salir de aquel país el día 27 de marzo pero todos los aviones fueron cancelados y solo había un vuelo al día de Qatar Airways desde Bali, por un acuerdo con la Embajada Española en Yakarta, «en el que salimos los españoles que allí nos encontrábamos».
De vuelta en Roma, «me encontré una ciudad totalmente cambiada«. Los 250.000 turistas diarios han desaparecido y sus calles desiertas. En la ciudad hay unos 200 casos en terapia intensiva, la incidencia fuerte está en el norte de la capital y los telediarios locales destacan la situación de penuria de unos 16.000 sin techo que viven en Roma y que están encontrando especiales dificultades en este periodo.
Pasan los días y algo de luz se va viendo, señala desde su residencia junto al Tiber. Y en estos días en los que todos nos hacemos muchas preguntas, señala que «más que nunca debemos pensar que el mundo es una única barca y que tenemos que remar juntos en la misma dirección . La sombra del coronavirus es alargada».
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