Editado Por Jesús Eloy García Polo en Ene 30, 2022

Foto: Archivo.

Llega la feria electoral y los variados feriantes nos ofrecen en la vieja tómbola sus novedades, sus ofertas y sus premios especiales. Vociferan como si nos ayudaran a elegir entre una muñeca, un triciclo o una vajilla de durarles. Son viejunos como las mismas tómbolas. Pero parece que no hemos inventado nada mejor para este tiempo electoral. Hemos añadido la tecnología de las redes pero su argumentario es aún más penoso.

En medio de toda este ruido me carcomen las dudas. A ver si se debe a que soy de los pocos que se piensan el voto…Siempre me sopla el viento por la izquierda, pero siempre me llegan las mismas dudas entre el voto útil y el inútil. En esta ocasión se me ha abierto una opción más. Lo que complica aún más mi perplejidad.

Cómo habitante de una provincia pequeña, donde se reparten los procuradores (hasta ahora) los  partidos mayoritarios, a veces he apoyado la opción del partido mayoritario de la izquierda, menos por convencimiento que por restar apoyos a su oponente en el recuento. Lo llaman el voto útil. Me imagino para quién…

Otras veces me he decidido por algún partido minoritario con escasas posibilidades de lograr un representante, pero con el objetivo a medio plazo de que vaya haciéndose un hueco entre el electorado provincial. Lo llaman el voto inútil. Hasta ahora no ha servido para nada y por otro lado resta apoyo al partido de la izquierda mayoritaria.

Las tres largas décadas de gobiernos populares no son solo un logro del PP, sino que se deben también a la eterna incapacidad del PSOE por encontrar un candidato creíble, con eco popular y con un equipo eficiente que trabaje a lo largo de los cuatro años.

Según las variadas encuestas, en estas Elecciones puede haber preocupantes novedades entre los cortesanos que se sienten en Valladolid. Llegan los guerreros de Vox a esta batalla electoral. Su crecimiento en el centro y sur peninsular ha sido constante y parece que en Castilla y León pueden encontrar buenos caladeros de votos. Lo sorprendente es que no necesitan molestarse en preparar un programa convencional o en proponer medidas concretas para remover la anquilosada economía y sociedad de nuestras provincias. Parecen que los vientos corren a su favor. 

No es tiempo de debates basados en realidades, datos y argumentos. Eso ya es muy viejuno. El nuevo discurso político está basado en extender bulos, endulzar mentiras, lanzar eslóganes provocativos, frases agresivas, descalificaciones…hasta llegar a los insultos y los adjetivos hirientes. 

Frente a la despoblación, la desigualdad, el paro juvenil, la pobreza rural, el desmantelamiento de la Atención Primaria…la solución propuesta por los nuevos guerreros es arroparse con la bandera patria y vocear los supuestos valores tradicionales. Los unos culpan de todos nuestros males al malvado Pedro Sánchez. Los otros,  a los  extranjeros que vienen a recoger nuestros puerros y se aprovechan de todas las ventajas de nuestro paraíso. Ahí acaba todo razonamiento político.

Es fácil decir que todos los partidos están en la misma mierda, sumidos en un barrizal de todos contra todos. Ésa es la tesis de los medios de comunicación  interesados en que no se hable de los problemas de Castilla y León. “Si cavamos un gran barrizal, de broncas, insultos y culpas a Pedro Sánchez, nadie hablará de corrupción, de juicios venideros, de la emigración de los jóvenes más preparados… “, parece ser el la puesta en escena.

Pero no todos los partidos se meten en el barro. Aunque hay muchos intereses para que el barro salpique a todos. Nadie sale limpio de una pelea electoral.

En medio de este maremágnum me llega otra opción para mi discutido voto. Podríamos llegar a la situación en la que el PP se quede cerca de la mayoría absoluta y necesite los votos de Vox para gobernar. No hay dudas sobre su decisión porque ya tenemos sobrados ejemplos. Con mi humilde voto podría apañar la situación. Estoy pensando en  es “voto tonto”. Una nueva opción. Estoy pensando en olvidarme de mis últimas décadas y dar mi apoyo al PP para que consiga una mayoría necesaria para gobernar sin echarse en los brazos del fascismo del siglo XXI. Pero no se lo diré a nadie. 

Mientras tanto, vamos a confiar en que el suelo electoral no se llene de mucho barro, porque luego será muy difícil cualquier tipo de colaboración. Enseguida surgen las voces de “traidores” a quienes planteen soluciones reales. Si llegáramos a esa situación extrema solo desearía que los procuradores del PSOE ofrecieran gratuitamente al PP los votos necesarios para que no se echaran en los brazos de Vox. Solo con la colaboración de los dos partidos mayoritarios pueden diseñarse planes para mejorar el vacío futuro de esta tierra. Sería un ejemplo esperanzador para situaciones futuras. Todos ganaríamos. Seguiríamos hablando de política, de propuestas, de soluciones y, sobre todo, de democracia.

P.D. Si los resultados dieran un vuelco histórico … pues nada, me olvido de lo dicho y lo considero como volátiles pensamientos que nos surgen a los que nos vamos a pasear dejando el móvil en el cajón.