Los dos toreros en la mesa redonda.
Los matadores de toros, Emilio de Frutos y Marco Antonio Gómez, cerraron en la jornada de ayer en Cuéllar las charlas de la peña taurina El Encierro, y lo hicieron hablando como no del mundo del toreo y de las enormes exigencias y dificultades que exige ser torero en nuestros días. Los dos, en un ambiente distendido, charlaron sobre todas esas difciultades a lo largo de su trayectoria profesional, y ambos coincidieron en que a pesar de todo, y por encima de todo, han elegido ser toreros, que dicen es la profesión mas bonita del mundo.
Emilio de Frutos, abrió el debate con esa afirmación «siempre he querido ser torero, no he querido ser otra cosa» y a partir de ahí realizó un repaso de su trayectoria, de sus comienzos en la escuela de Cuchareta, de su debut en Cuéllar con picadores, de su alternativa en Nava de la Asunción «donde cortó cuatro orejas», para después conocer la dureza de esta profesión, «porque no te pone nadie» confesaba Emilio. Y como estaba entre amigos, se sinceró señalando que «me vine un poco abajo, tenía que haber mantenido el espíritu de sacrificio», pero «es muy duro porque no te ponen y se pasa muy mal». Para terminar rematando «ahora estoy estupendamente» estoy haciendo otras facetas dentro del mundo del toro (como empresario), que me llenan plenamente y no he dejado de torear».
El caso del sevillano, Marco Antonio Gómez, tiene otras connotaciones, porque pasó de ser novillero triunfador allá por el 2005, a dejar la profesión por decisión personal un año mas tarde, Para volver al mundo del toro, después de reencontrarse asimismo toreando en capeas, y confirmar la alternativa este mismo año en Madrid. La trayectoria del sevillano refleja las luces y sombras de esta profesión, en la que estas arriba, como sucedió en su caso personal, «y después te caes, y lo difícil que resulta levantarse». Pero afirmaba » lo ma difícil lo he conseguido, de la nada , volver a torear» para señalar con firmeza « esta es mi vida y lo he dejado todo para volver a torear».
Los dos matadores tras finalizar el mano a mano.
La charla, conducida por Paco Salamanca, transcurrió después por otros derroteros. Por la situación actual del mundo del toro, de los ataques a la fiesta de los toros, de sus ambiciones personales…y de los resortes que manejan este mundo cerrado, que los dos han sufrido en su carrera, para terminar hablando de la esencia del toreo. «Torear se aprende con el tiempo, como en la vida» decía Gómez, y remató Emilio poniendo como espejo a Aparicio » con el tiempo y el paso de los años se hace uno mejor torero». Ea! pues que Dios reparta suerte , toreros!.
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