En Hontalbilla se ha vuelto a repetir la misma historia, y en el segundo de los encierros por el campo solo dos de las reses han hecho su entrada en las calles de la localidad, mientras que el tercero de los novillos se ha descolgado de la manada justo a la entrada del casco urbano, para buscar el refugio en la zona de pinares al abrigo de los pinos. Esta res finalmente ha tenido que ser anestesiada a pesar de los intentos de los caballistas de cortar su huida para intentar reconducir al toro de nuevo con los cabestros.
Los vecinos de esta localidad, que pagan de su bolsillo los novillos, viven el encierro en el campo como una parte esencial de la fiesta, como el es el caso de Pepe, al que podemos ver en la imagen, que conduce un Patrol como nadie, y no ha dudado en plantar cara del novillo cuando iba a meterse en un sandial de su propiedad. Después de finalizar el encierro, que «dura lo que dura», la fiesta se traslada a las calles de la localidad, con los tradicionales almuerzos en las peñas, y la celebración de la tradicional misa y procesión en honor a la Virgen de la Asunción, en el día grande de sus fiestas patronales.
La imagen ha salido en procesión a los sones de la dulzaina y tamboril, acompañada por los componentes de la Peña El Rincón y una gran cantidad de vecinos que han bailado en su honor a lo largo de todo el recorrido de la procesión. Y entre los danzantes gentes de todas las edades, desde los mas pequeñitos hasta un danzante, Pablo Torres, de con nada menos que 96 años de edad, que ha bailado con mucha energía delante de la Virgen a pesar de que apretaba fuerte el calor.
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